Decía ayer Jorge Gómez Angulo, técnico de Diputación, que el triunfo de Infoagro, que volvió ayer a reventar de visitantes el Palacio de Congresos de Aguadulce, es que no es solo una feria de chaquetas y corbatas-que también- sino, además, de camisas de cuadros y pantalones de faena. Frente a los macroespacios, este zoco almeriense, se ha catapultado con minúsculos stand, que hace que quepan una red capilarizada de empresas de todos los segmentos de negocios.
Ayer volvieron a formarse colas en la puerta de entrada del Palacio de Congresos de Aguadulce y se hacía difícil encontrar un aparcamiento en el recinto y en las calles aledañas, irrigadas por la lluvia violeta de flores de las jacarandas de la avenida sobre el capó de los vehículos.
Más de quinientas firmas comerciales, entre empresas comercializadoras y de la industria auxiliar, hacían valer sus fortalezas, sus servicios, sus productos, entre miles de visitantes que fueron desfilando a lo largo de toda la mañana y de la tarde. El stand de la CASI, la cooperativa de La Cañada presidida por Miguel Vargas, fue un hervidero de técnicos del sector y visitantes ocasionales; en la entrada lucía, en un espacio central, sin miseria de metros, el semillero El Plantel, y la alfombra verde pistacho conducía desde la puerta hasta el dorso del Palacio, con toda la industria auxiliar de por medio, a través de imbricados caminos trufados de mupys y cartelería, de gente hablando por teléfono, de proveedores y clientes.
Allí estaba, por ejemplo el rincón de Nutrifer, una empresa de geles fertilizantes con una gran urna donde los visitantes depositaban su nombre y dirección -como el que vota a un alcalde- para optar al sorteo de 2.200 litros de productos. “Somos una empresa joven, pero con experiencia y como ves, estamos siempre a tope de personal que se interesa por nuestros productos y eso que no ponemos jamón”, explica Izan, uno de sus técnicos comerciales.
Uno de los escaparates de la feria con más metros frontales es la Universidad de Almería, en donde se encuentra Emilio Galdeano, director del nuevo Centro de Investigación Mediterráneo de Economía y Desarrollo Sostenible, y también una muestra de la gran colección científica de la Universidad de Almería, compuesta por más de 30.000 variedades, una especie de Arca de Noé de la biodiversidad almeriense, que se guarda como oro en paño en el Campus de La Cañada. “Hemos conseguido preservar especies como la Bardana, una planta autóctona de la Sierra de Gádor, en peligro de desaparecer, de la familia del hinojo”, señala una de la técnicas.
Hay quien vende, no solo tractores y maquinaria, tecnología de riego o plásticos y variedades de semillas, sino también cosas más exóticas como combustible a partir de huesos de aceituna o el ozono aplicado a la poscosecha para aumentar la vida útil de las hortalizas.
Todo irradia vocación de negocio en esta feria, y en cada esquina, en cada rincón, siempre hay alguien con un maletín dispuesto a venderte algo, al tiempo que una azafata te saca un plato de jamón.
La mañana, más profesional, dejó paso a la tarde, más familiar, con la llegada de más agricultores después del cierre de las corridas. Durante esta segunda jornada de la Infoagro Exhibition, dirigida por Jesús García, se ha demostrado la concienciación que existe en el sector hacia la importancia del conocimiento como base de la innovación, pilar en el que se sustenta el dinamismo y la capacidad de adaptación de las empresas de esta agricultura de primor y de la industria auxiliar.
Hoy echará el cierre la feria agrícola con la presencia de la consejera, los premios y el homenaje a los agricultores pioneros.
Los hijos de Vicasol
Un cortijo alpujarreño -con su fuente de agua clara, sus paredes encaladas y sus jarapas-reciben al visitante de la cooperativa Vicasol, una de las vacas sagradas de la comercialización hortofrutícola del Poniente almeriense, con cerca de mil socios y 840 millones de kilos facturados. Ha cumplido Vicasol 40 años y ha lanzando una campaña, ‘Los hijos de Vicasol’ protagonizada por socios como Iván, Rafael, María del Mar, Yolanda, que nacieron el mismo año que la cooperativa -1979- muchos de ellos, hijos de los fundadores.
Cómo destaca el presidente de la cooperativa de primer grado, Juan Antonio González, “el motor deVicasol son sus socios, los agricultores y sus familias. Los que la fundaron hace 40 años, y los jóvenes que siguen impulsando lo que somos hoy”. Su stand está inspirado en los cortijos alpujarreños, porque la mayoría de sus socios agricultores son hijos, y nietos de personas que emigraron de los pueblos de la alpujarra almeriense.
La organización agrícola presentará también en el ferial Vicasol 3, su nueva sede en El Ejido, la más tecnificada y moderna de la entidad, con una inversión global de 26 millones de euros.
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