A Antonio Sánchez, un constructor cartagenero afincado en Almería hace más de 30 años, se le ocurrió un día con la crisis que por qué no hacer algo distinto, porque no aventurarse en aguas hasta ahora no vadeadas por nadie en España en ese sector. Cansado del cemento y del ladrillo , hace cuatro años decidió indagar en materiales más eficientes para edificar viviendas y otras construcciones.
Leyó, escuchó, viajó, investigó Antonio y se dio de bruces en el norte de Europa con un tipo de apartamentos edificados en contenedores marítimos, de esos que surcan los cinco continentes a bordo de grandes buques con las mercancías más insospechadas en su vientre metálico.
A Sánchez se le encendió la bombilla y decidió probar en Almería: compró una partida de contenedores de doce metros cada uno en el Puerto Seco de Renfe en Madrid y se los llevó a su fábrica de Huércal de Almería y empezó a armar sus primeras viviendas prefabricadas. Desde entonces, ya ha comercializado 50, casi ninguna en Almería. Y a ello se le ha unido también la Estación de Autobuses de Denia, en Alicante, y una gasolinera, en la carretera de Sierra Alhamilla, la primera confeccionada con este material de acero corten. “Somo la única empresa de Andalucía que se dedica a hacer viviendas con este material con el que se prioriza el respeto al medio ambiente”, precisa.
La empresa de Sánchez, en la que también trabaja su hijo y David García como diseñador gráfico, se denomina Sayro Mediterráneo y comercializa sus edificaciones prefabricadas bajo la marca Custom Home. “Los materiales no producen residuos, no consumen energía y necesitan un mínimo mantenimiento”, argumentaba ayer Sánchez al volver en su vehículo de una reunión de trabajo.
En su taller, los Sánchez trabajan con maestría el acero: empalman, pegan cortan, como si fueran recortables, y así han vendido ya casas en sitios como Estepona, Segovia, Marbella y Canarias y también otro tipo de edificaciones complementarias para restaurantes y salas de celebraciones. En breve inaugurarán dos viviendas sociales adquiridas por la Administración pública en Níjar y otra más en Aguadulce.
Un cartagenero que salió de su zona de confort
Con 60 años de edad, podría haber continuado -Antonio el cartagenero- haciendo lo mismo: contratando obras, porfiando con proveedores, esperando la fragua del cemento, alicatando baños.
Pero cuando llegó la crisis, este emprendedor crepuscular hizo de la necesidad virtud y se inventó un nuevo negocio, alejado de su zona de confort, tras comprobar cómo dos millones de contenedores anuales acaban tras siete años de vida útil en chatarrerías y vertederos. Así, ha convertido esos compartimentos metálicos que quedan inutilizados en confortables viviendas que pueden ser escrituradas e hipotecadas por la mitad de precio que una vivienda convencional y a las que se les pueden instalar placas fotovoltaicas. Una vivienda de 70 metros con contenedores se comercializa a un precio aproximado de 37.000 euros.
Parece que lo que hace Antonio Sánchez es I+D+i real, del de verdad, y fruto de ese trabajo innovador, Almería es la primera ciudad española que cuenta con una gasolinera construida con contenedores reciclados, con un importante ahorro de energía y de emisiones de C02.
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