Aqualia, compañía controlada por el mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, se ha hecho con la propiedad de la desaladora Rambla Morales, que suma trece años en el dique seco en el campo de Níjar.
La idea de la filial de aguas del conglomerado empresarial FCC -concesionaria del servicio de agua domiciliaria en Almería- es invertir entre 50 y 60 millones en la rehabilitación de la maltrecha infraestructura y la red de tuberías.
Aqualia ha pagado 2,5 millones de euros por la deuda de La Caixa, que ha adquirido a un ‘fondo buitre’, quien se lo adjudicó el pasado mes de julio proveniente de un paquete conjunto puesto a la venta por la entidad financiera.
Una de las condiciones del acuerdo de compraventa de la instalación es la condonación de una deuda de más de cien millones con los agricultores de Rambla Morales, tras las irregularidades afloradas en las cuentas de la Comunidad de Regantes formada por 700 comuneros. Aqualia ha mantenido ya contactos con la Comunidad de Regantes de Níjar para firmar un convenio de compraventa de agua que podría ser beneficioso para ambas partes, puesto que podría a ser adquirida a un precio más asequible que el que ahora pagan por el agua de la Desaladora de Carboneras de 0,60 céntimos el metro cúbico.
Ello permitiría indirectamente que se pudieran beneficiar los agricultores del Almanzora si se alcanza un canje sobre el caudal que deje de usar de Carboneras los regantes nijareños. La Desaladora de Rambla Morales se construyó para una capacidad máxima de 20 hectómetros para una superficie de más de 3.000 hectáreas.
La planta solo funcionó dos años, desde su construcción en 2007, y nunca por encima de un 15% de su capacidad total de producción.
La deuda acumulada por el crédito concedido en 2004 a este proyecto, hace casi dos décadas, ascendía a más de 120 millones de euros, pero los diferentes cambios producidos en la Comunidad la dejaron en una posición de dificultad para la amortización de la deuda. Caixabank decidió desprenderse de una deuda considerada desde hace años como de difícil cobre, ya que los tribunales rechazaron las demandas que se promovieron para intentar que los agricultores respondieran de forma solidaria para el pago deseos créditos.
Los regantes de Níjar esperan que las obras de rehabilitación se inicien pronto, aunque será difícil poder aprovechar el agua desalada durante esta campaña de primavera. La clave para estos potenciales usuarios es que el agua esté por debajo del que pagan por el de la desaladora de Carboneras.
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