Las flotas pesqueras de la provincia han recuperado esta semana la normalidad con óptima cantidad de capturas pero escaso precio.
En el caso de la de Almería, siempre se mantuvo un grupo de embarcaciones haciéndose a la mar para abastecer a los mercados locales y al cliente minorista, vía internet o en pescaderías, al estar cerrado el canal de venta a la hostelería.
La flota de Garrucha paró por completo durante el confinamiento y ha vuelto a la mar coincidiendo con la apertura de los primeros bares y restaurantes que son sus principales clientes.
La cantidad de gamba roja, su producto estrella, que se está faenando es generosa: un solo barco, el Chaparro, faenó el pasado lunes 22 cajas de marisco (en torno a 160 kilos), algo que no se veía desembarcar desde hacía muchos años en la lonja de Garrucha, compuesta por ocho barcos de arrastre más los de artes menores. Sin embargo, el precio está en torno a 35 o 40 euros el kilo de la gorda, la mitad de lo habitual.
En el Puerto de Carboneras también se ha recuperado esta semana la actividad con el arrastre, el cerco y los artes menores. Desde poco antes del Estado de Alarma, el Muelle recuperó la subasta de pescado y marisco de arrastre, cerco y artes menores, en una lonja tradicionalmente consagrada al palangre de superficie.
En el plazo de un mes los barcos marrajeros de Carboneras volverá a la pesca del pez espada, al que se la ha impuesto también el sistema de cuotas. La pesca de atún ha parado un año más al canjearse la cuota a otras flotas del Mediterráneo. El escaso volumen de pesquería permitido hace que sea más inviable la pesca del atún para los barcos carboneros. En Adra y Roquetas también se ha retomado la actividad con normalidad en el sector pesquero. La mayoría de los marineros han aguantando este tiempo de confinamiento sin actividad a través del cobro del subsidio de desempleo. Muchos de los Ertes solicitados no han sido aceptados por las autoridades competentes. La flota habían pedido también medidas de protección para poder cumplir con garantías con un trabajo seguro para sus tripulantes.
Esta semana ha salido publicado el borrador del nuevo Plan de la Pesca de Arrastre que, en opinión de los armadores de la provincia y del resto de Andalucía, podría suponer un golpe duro para su supervivencia.
Los armadores andaluces, agrupados en torno a Faape, han venido presentado alegaciones y oponiéndose a este plan gestionado desde Bruselas.
Entre otras cuestiones, este nuevo Plan, que los armadores estiman muy lesivo para sus intereses, establece un periodo de veda obligatorio de tres meses sin remuneración, así como disminuir el número de horas de jornada diarias a menos de la mitad de las actuales y a no poder mezclar pesquerías que podría suponer el desperdicio de mucho pescado y marisco.
La medida amplía también la veda hasta 100 metros de profundidad y afecta a más de cien barcos andaluces, de ellos una buena parte de la provincia de Almería.
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