La flota de barcos de arrastre de Garrucha está sumando una semana de capturas históricas superando las cien cajas diarias de gamba roja, unas cifras que no se alcanzaban desde hacía casi cuatro décadas.
Ayer, en la lonja que gestiona la Cofradía de Pescadores, un solo barco, El Playazo, desembarcó 80 kilos de gambón a un precio que rondó los 50 euros el kilo. En total fueron más de 700 kilos de cotizado marisco los que se vendieron en el Puerto garruchero. Casi la totalidad fue capturado en lances echados en la zona conocida popularmente como ‘El Vaticano’, llamado así por la gran cantidad de peces obispo que allí se pescaban, cerca del canto del Verín.
También están disfrutando de copiosas capturas los barcos de turno del puerto de la capital que van a la Isla de Alborán, con recompensas diarias, en algunos casos, de 140 kilos gamba roja, como es el caso de la embarcación ‘El Secre’.
Todo indica que el parón parcial o total por el confinamiento ha hecho que se recuperen con creces los caladeros de mariscos de la provincia.
Sin embargo, a pesar de esta bonanza momentánea, la pesca de arrastre, que propicia el sustento a más de 200 familias en la provincia de forma directa y a miles de forma indirecta, está herida de muerte. Así como especies como la gamba roja que son santo y seña de la gastronomía local y que actúa como reclamo para que Almería crezca como destino turístico.
El golpe definitivo lo ha dado el Ministerio de Agricultura y Pesca con la publicación en el BOE del ‘Plan de Gestión para la Conservación de los recursos pesqueros demersales en el Mar Mediterráneo’. Se trata de la transposición del Reglamento Europeo, tan temido por el sector, a la normativa española a través de una Orden de obligado cumplimiento. Se trata por tanto, de la crónica de una muerte anunciada.La explicación de por qué el horizonte del sector arrastrero es el de la desaparición hay que buscarla en que la Orden establece unos días de pesquería tan mínimos que se hace inviable mantener un barco para la pesca de bajura, que necesita al meno un umbral de 190 días anuales para que sea rentable salir a la mar. El reglamento rebaja con creces esa cantidad hasta los 170 días el primer año y después aún más, con un periodo de veda de tres meses.
La pesca de arrastre es la principal fuente de riqueza de los puertos de Almería, Garrucha y cada vez más en Carboneras. También hay algunos arrastreros en Adra. Con ella se capturan especies tan apreciadas como la gamba, la cigala, la merluza, la brótola o el salmonete.
En la provincia faenan de lunes a viernes una flota de 42 barcos arrastreros que desembarcan cada día en los puertos un pescado y marisco fresco que abrillanta el prestigio de la hostelería local y que sirve como caja de resonancia para que acudan turistas, no solo a bañarse en las playas de esos pueblos del litoral, sino a degustar complementariamente la gastronomía marinera que proporciona.
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