Cajamar Caja Rural, por boca de su director de Innovación Agroalimentaria, considera que a la vista de los problemas de abastecimiento de agua para los regadíos, y la repetición de suspensiones de los trasvases concedidos a la provincia en los últimos años, las mejores y casi las únicas alternativas viables para afrontar el déficit es recurrir a las desaladoras y a la reutilización de las aguas residuales depuradas y regeneradas.
Así lo expresaba Roberto García Torrente recientemente al señalar que los dos sistemas de producción de agua destinada a los regadíos son hoy por hoy las alternativas más viables para tratar de cubrir ese déficit que arrastra la provincia desde hace ya muchos años.
Necesidades
Desde su punto de vista, el problema se ha agudizado en los últimos años y probablemente en la última campaña más que nunca al quedar en suspenso durante varios meses los trasvases del Negratín y el Tajo-Segura, lo que se suma a los acuíferos sobreexplotados y a pesar de que las desaladoras que están operativas ya producen al máximo de su capacidad.
El análisis de situación recogido en el último Informe de Campaña publicado por la caja rural almeriense cuantifica el déficit hídrico de la provincia en una cantidad que se mueve en el entorno de los cien a los 120 hectómetros cúbicos, volumen necesario para al menos garantizar la continuidad de los regadíos.
La entidad llama a adoptar las medidas necesarias para apuntalar la producción en un sector como el hortofrutícola “que con más de 50 años de trayectoria, culminados casi siempre con crecimientos sostenidos, es sin duda el principal motor de la economía de nuestra provincia”.
Eficiencia
Un sector que, por otra parte, “ha demostrado ser absolutamente eficiente en el uso de recursos como el agua o la energía”. Los retos se basan en la optimización del uso de los factores productivos, cada vez mayor, convirtiéndose en una de las agriculturas más eficientes del mundo en el uso del agua.
Todas estas líneas de trabajo continúan abiertas y en desarrollo como, por ejemplo, la inversión que dedica el tejido empresarial almeriense, incluyendo Cajamar, que ha puesto en marcha una incubadora de empresas para incentivar nuevas soluciones de mercado y hacer un uso aún más eficiente del agua.
Todo el sector es consciente de que el camino de la sostenibilidad es de no retorno y cuyo horizonte será el momento en el que deje de considerarse una parte del problema para consolidarse como parte de la solución, según se recoge en el Informe de Cajamar.
La sostenibilidad
La agricultura, en general, y la horticultura de la provincia, en particular, se ha considerado un sistema tan intensivo en el uso de recursos que lo hace poco sostenible a los ojos de la sociedad. Sin embargo, una agricultura basada en la energía solar junto con el camino hacia la sostenibilidad que se inició hace años nos ha permitido lograr grandes avances medioambientales como el aumento de la superficie cultivada bajo certificación ecológica, la implantación y el desarrollo de técnicas de control biológico, y un uso eficiente del agua, el consumo más bajo de los sistemas productivos del país.
El futuro, en cualquier caso, pasa por seguir mejorando esa eficiencia y, particularmente, en lo relacionado con la gestión de los recursos hídricos. Además de los nuevos aportes que pueden llegar de la mano de la depuración y reutilización de las aguas residuales regeneradas, de las plantas desaladoras actuales y futuras pueden convertirse en la mejor salvaguarda en tiempos convulsos a causa del cambio climático.
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