Usted no podrá cambiar al presidente de su Comunidad hasta 2022

Desde hace 18 días, con el final del Estado de Alarma, Almería y el país entero ha recuperado un poco la normalidad prepandémica: volvieron las barras de los bares, las salidas hasta la madrugada, las reservas en los hoteles y las juntas de accionistas de las empresas. Todo eso ha vuelto poco a poco, pero lo que no ha vuelto ni por asomo, al menos de forma legal, es la celebración de juntas de propietarios en las comunidades de vecinos.

Y hay quien no entiende que en la asamblea de una cooperativa esté permitido que acuden hasta 400 socios, con el cumplimiento de las debidas normas de seguridad sanitaria, y que convocar una junta presencial para ocho vecinos sea ilegal.

 Ocho de cada diez almerienses, es decir más de medio millón de almerienses, viven en una comunidad de vecinos y, desde hace más de año y medio tienen paralizados acuerdos de tipo doméstico causante en mayor o menor grado de molestias. 

El Gobierno Central aprobó el pasado 4 de mayo un Real Decreto Ley, que llega a destiempo según los profesionales del sector de la Administración de Fincas, por el que se suspenden hasta el 31 de diciembre la celebración de juntas de propietarios de comunidades sujetas al régimen de propiedad horizontal, excepto en casos de obras de urgencia.

Miles de comunidades, por tanto, tienen paralizadas la renovación de cargos, la aprobación de cuentas, expulsión de morosos y la dotación de un presupuesto para hacer frente a los gastos del edificio. Sí se podrían convocar vía telemática, pero el acceso a esta tecnología aún no está resuelto entre la mayoría de los propietarios, sobre todo entre personas mayores.

El vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas de Almería, Félix Rodríguez, que agrupa a 136 profesionales reconoce que “hay mucho malestar en el sector con este Decreto, nadie entiende que la gente se pueda juntar para otras cosas y no para celebrar una junta de propietarios”.

Puede darse el chocante caso, de que dentro de unos meses la mayoría de los almerienses estén inmunizados, pero sigan sin poder cambiar al presidente de su edificio.