¿Tiene calor? Ponga el aire acondicionado y échese a temblar

Quinto día consecutivo de récord histórico del precio de la electricidad; el ‘recibo de la luz’ por las nubes coincidiendo -porque ha de ser una pura coincidencia...- con la llegada de la primera gran ola de calor.

El arreón del calor, y especialmente en esta ocasión, en que las temperaturas irán ‘in crescendo’ hasta el domingo o lunes, anima a darle al botón del aire acondicionado. Pero si usted lo hace échese a temblar, y no precisamente de frío, sino por la factura eléctrica que le llegará en pocas semanas.

Ayer el precio de la electricidad superaba los 117 euros por megavatio/hora, un nuevo máximo histórico y dos euros más que el anterior récord que fue… antesdeayer, con más de 115 euros. En diez días que llevamos de agosto se han marcado ya ocho récords. Desde este pasado lunes vienen registrándose día tras día máximos ‘históricos’ en el precio de la luz.

Subida brutal
Para ponerse en situación en torno a este descalabro histórico sólo hay que repasar los datos del último año que indican que en 2020, por estas mismas fechas, el precio medio era de 40 euros el megavatio, lo que sitúa la subida en tan corto espacio de tiempo en un 190 por ciento, un alza que ataca directamente al bolsillo de los ciudadanos, claro está.

Los expertos señalan que el único remedio es incrementar la aportación de energías renovables porque el ‘combustible’ son el sol o el viento, evidentemente más baratos (y encima menos contaminantes) que recursos fósiles como el carbón, el gasóleo o el gas.

Pero será difícil que eso se traduzca en una rebaja real de costes, al menos durante los tres próximos años, en opinión de UNEF (Unión Nacional de Empresas Fotovoltaicas), por la simple razón de que no hay redes suficientes para conectar esa electricidad.

El absurdo es patente en la provincia de Almería, con un potencial de generación solar o eólica muy elevado, con muchos proyectos ejecutados o en ejecución, pero con ‘capacidad cero’ para transportar esa electricidad ‘barata’ hasta nuestros hogares porque no hay redes disponibles para transportarla.

Y mientras tanto seguimos viendo cómo un día tras otro el recibo de la luz engorda, cómo sólo en este último mes de julio la electricidad ha subido un preocupante 36 por ciento y cómo todo apunta a que esa escalada aún se mantendrá hasta finales de este año y con mucha probabilidad hasta el que viene. ¿Es sólo en España?, pues no, pero es aquí mucho más intenso que en el resto de Europa.

SOS ciudadano
Un efecto elevador que parece imparable hasta que alguien, el Gobierno para ir al grano, tome cartas en un asunto en el que se está maltratando de mala manera a los ciudadanos. El recibo de marras supone a estas alturas más del 15 por ciento del presupuesto de una familia, siendo como es un servicio de primera necesidad.

La ‘culpa’ oficial de este abuso consentido la tienen los altos precios de los derechos de emisión y el encarecimiento del gas natural. Pero el hecho es que el precio de la energía tiene un peso en la factura que no llega al 24%; más de la mitad son peajes por redes de transporte y distribución y otros vinculados al fomento de las renovables o al conocido (?) déficit de tarifa. El resto son impuestos.

Dicho sin rodeos, más del 75% de lo que pagamos son impuestos, peajes y tasas de medidas adoptadas por los políticos, muchos de los cuales acabarán en los consejos de administración de las grandes corporaciones energéticas cuando se jubilen. Esto, por supuesto, también es una casualidad.