Restricciones para los camiones: ¿llegará a tiempo el AVE a Almería?

El futuro del camión es cada vez más incierto para el movimiento de grandes volúmenes de mercancías. La Unión Europea ha emprendido la batalla del transporte y sus directrices dejan claro que la carretera debe quedar para los usuarios y para transportes especiales.

La idea europea se basa en ir trasvasando poco a poco los grandes tránsitos a medios más ‘sostenibles’, como son el ferrocarril y el barco, en detrimento de aquellos que presentan mayores consumos de combustibles y, en consecuencia, generan una mayor huella de carbono.

El comienzo

El conjunto de los países comunitarios han ido avanzando las líneas maestras de su política de transportes y, en la mayoría de los casos, priman las restricciones y las condiciones de tránsito de los camiones, en especial los de gran tonelaje.

El caso que más preocupa en Almería, cuya actividad hortofrutícola descansa en un altísimo porcentaje de exportaciones de sus productos a los mercados europeos, es el de Francia, no por ser el primer ‘cliente’ de las hortalizas almerienses, sino porque los casi 2.000 camiones que parten a diario hacia el viejo continente han de pasar indefectiblemente por el territorio galo.

Nueva Ley

Lo que hasta ahora sólo parecía una amenaza ha cobrado cuerpo con la aprobación de la Ley Climática francesa que para el caso del transporte por carretera impone medidas encaminadas a reducir de forma progresiva, pero acelerada, cambios que pondrán en jaque a los transportistas franceses, pero también a los que, como los españoles, tienen que atravesar el país para acceder al resto de mercados.

La nueva ley ya ha pasado la fase de tramitación en la Asamblea Nacional, tras intensos debates, y sólo espera un último dictamen del Consejo Constitucional (el equivalente al Tribunal Constitucional español) para ser publicada y de esa forma entrar en vigor.

Cambio de escenario

La llegada de la ley, que nace con el objetivo declarado de hacer frente a las causas y consecuencias del cambio climático, introduce profundos cambios en lo que se refiera al transporte, con medidas ciertamente drásticas como la desaparición del gasóleo profesional para vehículos pesados, previsto para 2030, que a partir de ese momento soportarán la misma fiscalidad que los vehículos particulares.

Para el caso de los camiones almerienses, más inminente aún es la creación de nuevos impuestos ambientales para vehículos pesados si no adaptan antes tecnologías que les permitan una reducción sustancial de las emisiones de dióxido de carbono, impuesto que será efectivo para 2024.

Los peajes

Ese mismo año circular con un camión por las carreteras francesas tendrá un coste adicional con la aplicación de peajes no sólo en las autopistas y autovías, sino también en la red nacional de carreteras, unos peajes que en este último caso impondrán los gobiernos regionales.

Ese entramado legislativo supondrá ‘arrinconar’ aún más al camión porque, de forma paralela, se adoptan medidas que favorecen la circulación de las grandes mercancías por ferrocarril con cambios normativos y legales que favorecen el paso del camión al ferrocarril.

Esperando al tren

Las nuevas -que no inesperadas- normas para el transporte por carretera añaden un punto de urgencia más a la conexión de Almería con el Corredor Mediterráneo. Difícilmente llegará antes de la instauración de los peajes en Francia, pero si se cumplen las previsiones del Gobierno de que Almería disponga de esa línea con Murcia en 2026, sería un paso esencial para la exportación de hortalizas.