Las empresas del sector hortofrutícola almeriense avanzan hacia el desarrollo de un verdadero lobby para defender sus sectores productivos y para ganar eficiencia en los procesos de comercialización.
Un sector que es cada vez más consciente de que disponer de un grupo de presión organizado redundará en mejores resultados, mejora de los precios medios de las hortalizas y frutas y un avance hacia la rentabilidad de productores y empresas.
La cita de Madrid
Ese camino ha quedado patente en la última edición de la Fruit Attraction, celebrada la pasada semana en el recinto ferial de IFEMA, en Madrid. Allí se han escenificado algunas actividades que suponen un paso adelante en ese objetivo de recorrer juntos caminos que hasta ahora se recorrían de forma particular.
En esos primeros pasos ya caminan de la mano varios de los grupos con mayor peso específico en el sector agroalimentario almeriense. Es el caso de la campaña ‘Réquiem por el tomate español’ que citó en un mismo escenario a Única Group, Vicasol, Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI), Biosabor, Hortichuelas o La Palma, aliados en torno a Coexphal y Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía. Una acción que además complementaba la desarrollada por organizaciones agrarias como Coag o Asaja, que mostraron su rechazo a alas importaciones desde Marruecos.
La patronal agraria almeriense impulsó también la creación de la Interprofesional Andaluza de Frutas y Hortalizas, que fue el germen de la española HortiEspaña y que ahora se afana por unir a organizaciones de ese corte de varios países europeos.
Lobby europeo
La unidad de acción que se planteó desde Almería ha calado y, salvo reticencias más de carácter personalista que de fondo, el crecimiento de ese lobby avanza sin prisa pero sin pausa en el sector hortofrutícola español.
Francisco Góngora, presidente de Hortyfruta y HortiEspaña, considera que se trata de proyectos de mucho calado en la defensa de la agricultura europeo y espera que la interprofesional europea sea pronto una realidad; por el momento las organizaciones de España, Francia, Italia y Países Bajos, junto con varias de la Europa del Este, ya trabajan en la misma línea.
Se trata en realidad de los países donde se producen más del noventa por ciento de las hortalizas europeas y el objetivo es disponer de herramientas para defender su presencia en los mercados y evitar que la competencia exterior dañe a los productores locales.
Un buen ejemplo de esa línea de trabajo lo constituye el Grupo del Tomate que desde hace años está en plena actividad y en el que participan Coexphal, en representación de España, y organizaciones de productores y comercializadoras de Francia y de Italia.
El germen
Todas estas iniciativas, ya sean de ámbito provincial, nacional o internacional, constituyen el germen de esa supraorganización en la que los sectores agroalimentarios europeos quieren apoyarse para respaldar a los productores y empresas comunitarias.
Para la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, que las empresas agrarias se organicen y actúen juntas es “todo un acierto”, y pone como ejemplo la mejora en una cuestión de suma importancia como es la comunicación: “hay ya empresas y organizaciones que apuestan por la comunicación, que tienen claro qué comunicar y cómo comunicarlo”.
Juan Antonio González, presidente de Coexphal, considera que esta ha de ser una labor prioritaria porque “en Almería sabemos hacer bien las cosas, tenemos los mejores productos, los más saludables, los más sostenibles, y se trata de que los consumidores lo sepan y lleguen a valorarlo”. Una campaña de prestigio que estaba pendiente desde hace años pero que ahora se está haciendo una realidad.
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