La situación extraordinaria provocada por la Covid-19 está poniendo en cuestión nuestro modelo de relaciones sociales y laborales: cuestiones como el abastecimiento de alimentos de forma segura y sostenida en el tiempo a la población se ha revelado como algo crítico que se ha sostenido en los peores momentos de la pandemia gracias al esfuerzo de agricultores, transportistas y empresas de comercialización y distribución, que se han revelado como indispensables para el normal funcionamiento de nuestra sociedad.
Pasados los peores momentos de la crisis sanitaria, toca aprender de la experiencia vivida y tomar impulso para retomar y repensar como mejorar la calidad de vida de las personas y la eficiencia económica, social y ambiental de nuestras empresas en general y en nuestro caso particular, de las empresas agrarias y agroalimentarias.
Apoyo al impulso
Manuel Gómez Galera, director general de Producciones Agrícolas de la Junta, explica que desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible “tenemos clara la necesidad de apoyar ese impulso en los tres ámbitos citados mediante distintas iniciativas, entre ellas la tecnodigitalización, para aplicar al campo las nuevas herramientas que se van descubriendo y nos permiten ahorrar costes de producción, reduciendo así los gastos de las explotaciones y avanzando en sostenibilidad al mismo tiempo.
Los almerienses han empezado ya a caminar por esta senda que permite a los agricultores elevar la productividad de sus tierras y, personalmente, creo que es un acierto que debe extenderse también en el futuro. La pandemia del Covid-19 nos ha mostrado la importancia de contar con herramientas que permitan comercializar los alimentos sin necesidad de tener contacto personal directo con los consumidores.
Nuevas fórmulas
Las ventas online, tan implantadas actualmente en otros sectores, son una oportunidad para la comercialización agroalimentaria que aún no se está explotando en su totalidad y, dado, el carácter internacional de la huerta almeriense, quizás podría ofrecer nuevas oportunidades de negocio.
Además, la tecnología permite también avanzar en la planificación de las producciones agrícolas, un mecanismo necesario para intentar garantizar que los agricultores reciban un precio justo por su esfuerzo y su producto al permitir ajustar en mayor medida la oferta y la demanda de hortalizas.
Asegura que desde la Consejería los agricultores van a contar con una predicción del comportamiento de los mercados y precios, que es el handicap principal de los productores andaluces, para planificar sus cosechas. Esta plataforma ya está trabajando, forma parte del Polo de Innovación Tecnológica de la Agricultura Cita 4.0 de Andalucía.
Los retos
Un plan de futuro debe incluir los retos más importantes que hay que afrontar, entre ellos transferir los conocimientos, la innovación y la tecnología que se han desarrollado en los últimos años, propiciando con ello una mejora de la competitividad y de la rentabilidad del productor.
Los datos muestran un reconocimiento claro de la eficiencia del modelo de agricultura de Almería, soporte de las exportaciones agroalimentarias andaluzas. Pero asoman dificultades importantes por el incremento de los costes de producción actualmente en plena escalada, que podría agravar la crisis de rentabilidad del campo.
Las apuestas son claras: por una parte reforzar el papel de la Interprofesional, para avanzar en la planificación y evitar las crisis de precios; con el respaldo del Gobierno de la Junta; es preciso además propiciar el relevo generacional, afrontar con decisión el objetivo de la sostenibilidad y otros como el agua o la energía.
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