John E. Powers, padre de la publicidad creativa moderna afirma que “lo primero es tener la atención del lector. Eso significa ser interesante”. En un mundo digital con demasiado ruido y una amplia oferta de canales de distribución, este 2022 las marcas tendrán que luchar para destacar, atraer el interés del público y conseguir una comunidad de fieles seguidores.
Una tarea propia de responsables de Marketing y Comunicación, pero también de CEOS, gerentes y propietarios de empresas, donde, además, jugarán un rol decisivo empleados, proveedores, clientes y distribuidores.
El desafío de este 2022 será diferenciarse frente a un público hastiado por el exceso de información. Las compañías lucharán para abrirse camino en el mundo digital y captar el interés de su público. Por eso, me pregunto ¿qué pueden hacer para combatir la indiferencia creciente del lector?
La comunicación digital de las empresas empieza a mutar hacia contenidos menos frívolos y más útiles. Combinando información de venta y contenidos de valor para trabajar relaciones de confianza.
En este sentido, practicar una escucha activa de las principales palabras clave de la marca en Internet, conocer qué dicen los usuarios en redes sociales, Google o Youtube y la dirección de las conversaciones permitirá a los departamentos de Comunicación y Marketing descubrir las tendencias que guiarán las estrategias de comunicación.
Porque esto no va solo de vomitar contenidos, sino de construir narrativas con sentido y coherencia.
Las marcas sin un propósito tienen más difícil construir su relato, en cambio, las que conocen su meta construirán historias creíbles en nuevos escenarios con mayor agilidad.
Y, en este contexto, las empresas representadas por personas se comunicarán con mayor facilidad. Como afirma Iván Pino, director Senior Global del área digital de LLYC, “no hay narrativa de marca más creíble que la construida sobre los hechos, ni más humana que la construida sobre la superación humana de conflictos y dificultades, logrando empatizar con los públicos”.
Por eso, uno de los retos será la construcción de narrativas fluidas y consistentes, atractivas y confiables y que movilicen conductas con impacto positivo social o ambiental.
Pero, sobre todo, nos resistimos a comprender que la construcción del relato de la marca ya no depende de ella misma, sino de lo que hacen y dicen sus empleados, clientes o inversores.
Porque los colaboradores comprometidos con la comunicación digital de la empresa serán el mejor altavoz en redes sociales.
Los empleados contentos y con sentido de pertenencia serán unos excelentes aliados a la hora de difundir mensajes, campañas y lanzamientos. Mientras que proveedores, clientes y distribuidores pueden convertirse en los mejores aliados para difundir la voz de la compañía.
Además, es importante elegir el medio o medios de distribución del mensaje. Porque tener presencia en todos los canales sociales no asegura destacar. Si la estrategia no funciona en una red social, ¿para qué malgastar tiempo en ella? Es preferible descubrir el canal más interesante para tu audiencia y apostar por una presencia activa en él.
CEOs con un perfil público más elevado
Y por último, en la era digital es asignatura pendiente que los CEOS, directores y propietarios de empresas de todo el mundo adopten un perfil público más elevado, comprometido y expuesto a la opinión pública del que venían teniendo. Que ejerzan una labor de comunicación y liderazgo transparente y compartan sus propósitos en los medios sociales y en diálogo abierto.
Porque los clientes, consumidores y usuarios esperan más valor y confianza de las marcas, demandan narrativas de calidad diferenciadoras y quieren ver CEOS y empleados comprometidos. ¿Tu empresa apuesta por una comunicación digital innovadora o estás en la parte de atrás de la cola?
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