Avalancha de las cadenas distribuidoras para firmar contratos en Almería

Almería no tiene trenes ni  aviones, pero tiene sol. Y esa va a ser la ventaja competitiva, con respecto a la competencia centroeuropea, más lucrativa en los próximos meses de campaña agrícola para el bolsillo de la provincia. Por primera vez en mucho tiempo, el invernadero almeriense tiene la sartén por el mango frente a las grandes cadenas de distribución que ahora se ven en la necesidad de acudir a los proveedores almerienses como volvía el hijo pródigo a la casa de su padre en la parábola de la Biblia.

Tanto es así que durante la última feria Fruit Attraction madrileña, se ha producido una avalancha de grandes distribuidores europeos presionando para cerrar acuerdos de campaña con las cooperativas e intermediarios almerienses para garantizarse el abastecimiento de verdura durante el crudo invierno.

El temor a una merma de producto en el mercado por la anunciada reducción de cultivo de Holanda por la subida del gas -y también de Polonia, Alemania y Bélgica- durante la época de bajas temperaturas, va a tener como consecuencia directa que hasta abril, la agroindustria almeriense se quede prácticamente como  única proveedora. 

Algunos proveedores locales, sin embargo, apelan también a que el campo climático está llegando también a los países del norte y eso incide en que con un frío menos intenso se reduce la dependencia de calefacción en sus invernaderos ultratecnológicos.

Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal, la organización que agrupa las principales empresas comercializadoras del campo almeriense, informa de que los productores agrarios holandeses no van a utilizar  la luz led por la noche ni el gas para la cogeneración por los altos precios que no podrían repercutir en un producto básico, eso dejará a Almería prácticamente sola en el mercado. “Por primera vez en muchos años, los clientes están detrás nuestro”, indica Fernández.

Los precios del gas industrial en Holanda se negocian cada cuatro años y los productores peor parados son los que sus contratos van venciendo y tienen que volver a firmar con las nuevas tarifas elevadas por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania.

Por tanto, según Fernández, hay ya muchos acuerdos en ciernes, pero muchos proveedores no quieren cerrar precios, puesto que los costes van creciendo mes a mes. “Pero al menos es una situación en la que se ha dado la vuelta a lo que era tradicional”, expone el gerente de Coexphal.

Almería tiene una producción de reconocida calidad y seguridad alimentaria y eso le otorga cierta ventaja frente a otros competidores que también intentarán llegar el hueco dejado por Holanda, como pueden ser Marruecos o Turquía.

Tras una gran campaña como la anterior -la mejor en los últimos diez años- el optimismo en el sector es evidente ante una previsible mejora de precios que permita hacer frente al incremento de costes que también ha soliviantado al sector almeriense.

Aunque la crisis energética no ha afectado en Almería tanto como a Holanda, sí que se ha notado un incremento en los costes de los insumos y materias primas como los plásticos, fertilizantes y fitosanitarios hasta un 40%.