Infoagro, la feria agrícola almeriense que ha vuelto por sus fueros después de cuatro años en barbecho, consiguió ayer juntar a ocho pequeñas celebridades de la venta de insumos en el agro almeriense; ocho pequeños héroes rurales, cada uno con su historia de sudor detrás, que hicieron posible -que siguen haciendo posible- que el agricultor pueda disponer de los condimentos necesarios para ungir el fruto de primor de las entraña de la tierra invernada. Son, estos ocho luchadores, cuarteados por las cicatrices de los años, el adjetivo que complementa al sustantivo que es la producción del invernadero. Porque sin abono, no hay tomate; sin semilla, no hay pimiento; sin fertilizante, no germina la berenjena.
Por eso, la Infoagro -con Ana Márquez y Victor Navarro como presentadores- escogió ayer para homenajearlos a ocho de estos pioneros, ocho necesarios colaboradores de los productores de hortalizas tempranas almerienses, que tanto han trabajado para facilitarles el manejo de su actividad desde la siembra hasta la cosecha. Cada uno de ellos, a pesar de estar allí en carne y hueso para recibir la estatuilla, fueron narrando en un audiovisual, con la voz auténtica de la experiencia, sus orígenes, sus dudas, sus progresos para mantener una empresa durante décadas.
El primero en aparecer en el plasma fue Eduardo Vargas Martín (Guivarto Agrícola), un abderitano del 47 que empezó pastoreando cabras con un zurrón como Miguel Hernández desde los ocho años. Después, se asoció con Gabriel Guillén (Agroparador, Cabasc, Hortamar). “Nos reuníamos por la noche después de la jornada y nos daba la madrugada estudiando negocios”; Manuel Céspedes Maldonado (Agroquímicos Céspedes) empezó con los animales, con la mula, de transportistas, haciendo envases, cargando y descargando en el negocio familiar, abriendo almacenes de abonos. “Nací de la nada y me fui haciendo”, decía con orgullo agrícola Manuel desde la pantalla del plasma; Basilio Rodríguez Redondo (Baydo) vivía en el Ron de Níjar y después en Campohermoso, cuando estaba naciendo el poblado. Su paisaje de niño son las parcelas, las vacas, las ovejas, mientras hacía cursillos. Empezó trabajando de ajeno hasta que se montó por su cuenta en 1980 vendiendo suministros; Francisco Muñoz Flores (Suministros Agrícolas Francisco Muñoz) iba para panadero, pero colgó la pala y cerró el horno para dedicarse a la tierra; Rafael Centeno (Agrupainver) sevillano de nacimiento, perito agrícola. Montó su primera empresa con Manolo Gómez, alcanzando la cifra de nueve almacenes y protagonizando todas las revoluciones del agro almeriense; Francisco Manzano (Crisel Agroquímicos), de Murtas (Granada), se quedó huérfano con dos años y en 1960 llegó a Roquetas. Empezó vendiendo insecticidas con una caseta de madera. “No me he comido nada de nadie, me ha salvado mi honradez”; Alberto Fernández Vela (AFV), de Alcudia, empezó vendiendo libros y frigoríficos hasta que abrió sus primeros almacenes. “No podía cerrar antes de las 12 de la noche, siempre trabajando”; Gracián Lucas (Economato del Agricultor), creó la cooperativa de la Aldeilla en un viejo cine, tras trabajar la remolacha para la azucarera de Adra. También trabajó en los yesos y en unos tiempos muy duros, en vez de emigrar, prefirió quedarse en su tierra, hasta ahora. “De ven en cuando íbamos al baile, esa era nuestra única diversión”.
Gabriel Amat, otro pionero que cambió el legón por la vara municipal
El alcalde anfitrión de la feria agrícola Infoagro, en ese monumental Palacio de Congresos que se empeñó en construir en su municipio, saltó a la tarima y reconoció que gracias a hombres como los que se homenajeaban en ese momento, “hemos podido crecer como provincia”. El propio Gabriel Amat explicó que “yo soy alcalde desde hace 28 años, pero empecé en la agricultura, yo también soy un pionero como ellos y a algunos los conozco desde antes de ser alcalde”. Entregaron premios también la alcaldesa de Almería, Mar Vázquez, el alcalde de Berja, José Carlos Lupión, la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, el concejal de El Ejido, Manuel Martínez, el alcalde de Adra, Manuel Cortés y el alcalde de La Mojonera, José Miguel Hernández.
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