Mejorar las condiciones en las que viven y trabajan las decenas de miles de inmigrantes que atienden las labores básicas en las explotaciones agrarias es un reto de las sociedades occidentales y, además, lleva camino de convertirse en una condición imprescindible para quienes tienen en Europa sus principales mercados.
Lo más reciente es la llegada al Parlamento Europeo de un proyecto de normativa vinculada con las condiciones laborales de los trabajadores del sector agroalimentario, lo que se ha dado en calificar como la ‘huella social’, que se uniría a otras condiciones que se abren paso en los mercados como la huella de carbono o la hídrica.
En estudio
La eurodiputada andaluza Clara Aguilera entiende que se trata de una propuesta con visos de salir adelante porque procede de eurodiputados de países donde ya se están dando pasos hacia esa exigencia relacionada con las condiciones de trabajo y residencia de los trabajadores de la agricultura.
El sector hortofrutícola almeriense, por su parte, ya está trabajando en este tema y la mayor organización del sector, la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal) reconoce que este movimiento preocupa a los productores y las empresas comercializadoras, pero al mismo tiempo puede dar un impulso a la búsqueda de soluciones que se llevan varios años planteando pero que hasta ahora se han movido con lentitud.
Alemania
Lo que ahora se plantea en el Parlamento Europeo tiene ya sus precedentes en lo que se refiere a la provincia de Almería, donde asuntos candentes como el de los asentamientos en las zonas con mayor presencia de la agricultura intensiva.
Esa ‘bandera’ la han enarbolado en el último mes una organización colectiva bautizada como ‘Apellando’, creada por algunos de los principales grupos de la distribución en Alemania que durante el mes de octubre visitaron la provincia y mantuvieron diversas reuniones con agentes locales como la propia Coexphal, asociaciones de defensa de los inmigrantes o diversas organizaciones agrarias.
Presiones
Para este grupo de empresas de la distribución, donde se integran buena parte de las cadenas que son clientes de los exportadores almerienses, esos problemas con los trabajadores agrícolas, muchos de ellos inmigrantes, hay que abordarlos con la mayor celeridad posible.
Los germanos han explicado a los almerienses que las empresas integradas en ‘Apellando’ están “muy interesadas” en resolver esas situaciones extremas que no sólo afean la imagen de la provincia, sino que está ya impactando en sus ventas, por lo que se sienten perjudicadas por la reiteración de noticias en negativo sobre los inmigrantes, los asentamientos o las condiciones laborales que tienen.
Almería está dando respuestas a este tipo de demandas, a la adaptación a la demanda de distribuidores y consumidores o a la adopción de medidas en torno a la mano de obra en el campo. De hecho un reciente informe de COAG señala que actualmente más del 90% de los trabajadores tienen contratos indefinidos.
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