Almería, única provincia andaluza capaz de acabar con el déficit hídrico

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ha presentado su informe sobre la evolución del déficit hídrico en Andalucía basado en los datos oficiales recogidos en la actual planificación hidrológica y su conclusión es que la Cuenca Mediterránea Andaluza “será la única que logrará revertir su déficit hídrico en los próximos años”.

El informe coincide con las previsiones realizadas por la Federación de Regantes de Almería, que ha colaborado con el estudio, y señala que la provincia de Almería es la única que reducirá su déficit que en la actualidad se estima en torno a los 200 hectómetros cúbicos anuales.

Evolución
Según los datos del plan hidrológico para las cuencas hidrográficas andaluzas, está previsto que ese déficit estructural se reduzca hasta alrededor de 16 hectómetros cúbicos para el año 2027 y que en el horizonte del año 2039 sea ‘cero’, si se cumplen las especificaciones, planes de inversiones y medidas previstas por esa planificación.

Se da la circunstancia de que la provincia andaluza más seca, o con una menor disponibilidad de agua para el regadío, se convertirá en ese plazo de tiempo en la única con capacidad para atender el cien por cien de una demanda que, en cualquier caso, se reducirá gracias a las medidas y los sistemas de ahorro.

Nuevos recursos
No hay excesivos secretos para entender esa evolución y la fórmula a aplicar se basa casi al cien por cien en dos orígenes diferentes de los nuevos recursos que harán posible reducir hasta cero el déficit de recursos.

Por una parte la aportación de las plantas desaladoras de agua del mar, tanto las ya existentes, que en la mayoría de los casos incrementarán su capacidad de producción, como las que se proyectan para los próximos años o la puesta en servicio de aquellas que están en fase de rehabilitación y puesta en marcha.

Desaladoras
En el primer caso se encuentran las de Carboneras, Almería o la del Campo de Dalías, con planes ya en marcha para incrementar su capacidad. En el segundo las nuevas centrales en el Poniente o el Almanzora. El tercer grupo lo forman las dos que disponen de planes de rehabilitación, las de Villaricos (destruida por una riada en 2012) o la de Rambla Morales, rebautizada como Mar de Alborán que, tras años de inactividad fue adquirida por Aqualia; en la actualidad está en obras y se espera que comience a producir a mediados del año que viene.

Regeneración
La segunda fórmula es la incorporación de recursos procedentes de las aguas residuales de una buena parte de los pueblos de la provincia, que tras ser depuradas se someterán a tratamientos terciarios para hacerlas aptas para su uso en la agricultura.

La Federación de Regantes de Almería (FERAL) calcula que ese proceso de regeneración será capaz de aportar a los agricultores almerienses en torno a los 40 hectómetros cúbicos adicionales. La suma de los totales arroja un volumen de recursos hídricos que rondará esos 200 hectómetros cúbicos que son actualmente el déficit hídrico de la provincia.

Los mensajes desde Feragua inciden en varias cuestiones que se consideran esenciales para mejorar ese balance hidrológico de cara a un futuro que amenaza seriamente la capacidad productiva del campo andaluz. Por una parte habla de la importancia de evitar el incremento de las demandas de riego, al menos mientras no se equilibre el déficit; por otra la necesidad de más inversiones para corregir la adversa proyección de futuro en la región y finalmente la aportación de tecnología y la digitalización.

Sin trasvases
El presidente de la Federación de Regantes de Almería, José Antonio Fernández, ha destacado la importancia de que los planes hidrológicos se pongan en marcha para corregir un déficit hídrico que arrastra la provincia desde hace mucho tiempo.

Destaca que el hecho de que Almería haya sido secularmente la provincia más seca ha obligado también a que sea la más activa en cuanto a la búsqueda de soluciones para solucionar sus problemas. En cualquier caso deja claro que Almería no puede depender de los trasvases, dada la situación de la mayor parte de las cuencas: “está claro que hay que olvidarse de ellos”.