Las protestas de los agricultores franceses a pie de carretera están haciendo mella en un buen número de empresas y cooperativas hortofrutícolas almerienses, que están viendo cómo los tomates, pepinos y otras hortalizas están siendo boicoteadas y los camiones sufriendo ataques vandálicos.
Los agricultores galos tratan de esta manera de llamar la atención reivindicando ayudas contra la inflación y contra la burocracia impuesta al sector del transporte del país vecino, haciendo pagar a justos por pecadores.
Desde la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de la provincia de Almería (Coexphal) denuncian la inacción del Gobierno español así como de las autoridades francesas para frenar estos actos que atentan contra el principio de libre circulación de mercancías por el territorio de la Unión Europea.
Coexphal ha recibido una gran preocupación entre muchos de sus asociados que están viendo cómo sus camiones no llegan, se están cancelando pedidos incluso cuando ya están en curso de su distribución. A este grave problema se suma el hecho de unos precios que se están hundiendo a marchas forzadas y la campaña en el ecuador de su máxima producción.
“Desde Coexphal exigimos a las autoridades francesas que garanticen la libre circulación de mercancías dentro de su territorio, como uno de los principios básicos de la UE. A la vez instamos al gobierno de la Unión a tomar cuantas medidas sean necesarias para que cese la situación actual. Los Ministerios de Agricultura y Exteriores de España también deben tomar cartas en el asunto para defender a sus agricultores, transportistas y sus empresas comercialización y logística. Esta es una situación más propia de tiempos pasados que no se puede tolerar más tiempo”, ha explicado Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal.
Desde Coexphal, y en contacto con Fepex y COPA-Cogeca están mediando para que las rutas de transporte a través del territorio galo puedan abrirse con seguridad para las mercancías españolas, especialmente las frutas y hortalizas que tienen como destino no sólo Francia --segundo mercado-- sino Alemania, Bélgica, Holanda o Italia.
La organización recuerda que cada día hay más de 350 camiones cargados con frutas y hortalizas españolas con destino a Francia. A ello se añade que prácticamente todo el tráfico terrestre pasa por dicho país (más de 1.800 camiones diarios de media).
En concreto, Almería envía a Francia 400.000 toneladas por valor de 500 millones de euros, pero es que las 2,7 millones de toneladas que exporta Almería --España 13 millones de toneladas de frutas y hortalizas-- pasan por ahí.
En la tarde de ayer, las autoridades francesas anunciaron que este fin de semana quedarán levantadas las restricciones a la circulación de camiones a partir de las diez de la noche para permitir el regreso a sus domicilios de todos aquellos conductores que se hayan visto atrapados en Francia como consecuencia de las protestas de los agricultores. Desde hace más de una semana, los agricultores están en pie de guerra contra su gobierno por las nuevas políticas fiscales y medioambientales.
Atrapados en una ratonera
Desde que España pudo acceder a vender sus productos en Europa sin aranceles, con su entrada en el Mercado Común, ha habido numerosos episodios de cortes de carreteras por parte de agricultores franceses. Francia tiene en la frontera de La Junquera la llave de la puerta por la que tienen que pasar miles y miles de kilos de frutas y hortalizas de alhóndigas y cooperativas cultivadas en los invernaderos almerienses. Cualquier reivindicación a pie de asfalto de los productores vecinos son una amenaza para los palets de la agricultura intensiva provincial. Ha pasado y sigue pasando. Y todo pende de las buenas dotes de la diplomacia española para convencer al Gobierno de Macron que Almería tiene que dar salida a más de 2,7 millones de toneladas que pasan por allí y que si hay retrasos las consecuencias con desastrosas.
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