Reparto de la PAC: o ayudas para todos o ayudas para nadie

A los productores almerienses de frutas y hortalizas les irrita haberse quedado de nuevo fuera de las ayudas que reparte la Política Agraria Comunitaria. Pero les irrita mucho más que otros productores españoles y europeos sí las tengan porque entonces se produce un efecto de competencia desleal que reduce los precios de las hortalizas almerienses a niveles intolerables.
Por eso la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se plantó ayer en la Rambla Federico García Lorca y repartió 5.000 kilos de tomates y calabacines, dos de los productos más afectados por los bajos precios, entre unos viandantes que se arremolinaron en torno al punto escogido para el reparto.
Con mayoría de jubilados y de funcionarios (la proximidad del Edificio de Usos Múltiples y el ‘corre la voz’ hizo que muchos de estos últimos salieran en busca de su bolsa de verdura), lo cierto es que el mensaje caló entre los receptores de las hortalizas.

La campaña emprendida por la UPA tiene nombre: “Ni PAC ni Precios”, un lema con el que la organización agraria pretende llamar la atención no sólo sobre la ausencia de ayudas, sino de los bajos precios que están obteniendo en esta campaña, obligados como estána  competir con otras zonas de Europa que sí perciben subvenciones por producir.
Francisca Iglesias, secretaria general de la organización agraria en la provincia, mostraba la indignación y la frustración de los agricultores “porque no se han atendido las peticiones de incorporarnos a los planes de ayudas de la Unión Europea, mientras que en otras zonas del país, y en otros países europeos como Alemania o Francia, los productores, nuestros competidores, sí recibirán esas ayudas hasta el año 2020”.
Una indignación que es aún mayor cuando en el ideario de las movilizaciones aparecen otros elementos que están castigando las economías familiares de los agricultores, entre ellos la subida de los carburantes o el ‘tarifazo’ eléctrico que ha multiplicado los costes energéticos o los relacionados con los riegos.
La queja se dirige al Gobierno español por el reparto de los fondos que llegan de Europa, “porque están castigando a los pequeños productores mientras salvan a sus amigos, los que obtienen mayores ingresos de la PAC. A esos no les han recortado y esto es una decisión intolerable”, manifiesta Francisca Iglesias.

UPA confia en que aún pueda modificarse la decisión, y de hecho asegura que el desigual reparto puede ser rectificado hasta el 1 de agosto próximo. Confían en que para entonces el Gobierno y el ministro de Agricultura hayan recapacitado y no perpetren una injusticia.
Duele la discriminación de las frutas y hortalizas almerienses porque no se produce en otras zonas o países que, en lo sucesivo “podrán vender más barato que nosotros y ganar en cambio más gracias a las ayudas europeas”.
Iglesias retaba ayer al ministro Arias Cañete a “echarle pantalones y trabajar por el futuro de los verdaderos agricultores, ahora olvidados”.