Empresas hortofrutícolas de Almería cumplen el riguoroso protocolo QS

Verificar las exigencias que contempla supone unos 500 euros por finca

Las certificación de calidad, cada vez más importantee;clip:rec
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Jacinto Castillo
01:00 • 22 abr. 2014

El protocolo de calidad más exigente a los que se somete la producción hortofrutícola almeriense  es el QS.  Las siglas “QualitätsSicherung” significan en castellano "aseguramiento de la calidad" y comenzaron a figurar en los productos que compra el consumidor alemán en torno a 2004. Este protocolo tiene como objetivo garantizar  asegurar la calidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización. Esta concebido principalmente para la producción y comercialización de frutas, verduras y patatas.
La exigencias de algunas cadenas alemanas ha obligado desde hace años a conseguir la certificación del protocolo QS lo que ha obligado a los laboratorios que analizan las muestras, a los agricultores en sus fincas, y, claro está,  a los centros de comercialización y manipulado, a ser rigurosamente auditados, sin descartar que este protocolo se haga extensivo al transporte.
QS no figura en los productos de todas las comercializadoras almerienses, con independencia del tamaño de sus producciones, aunque es cierto que las principales firmas afrontaron en su momento los trámites para su obtención, después de contar con otras certificaciones como IFS o GlobalGap, totalmente generalizada en el sector hortofrutícola almeriense. Las razones para no incluir QS son de distinta naturaleza, pero casi todas tienen un sentido económico. El coste  de este protocolo se sitúa en los 500 euros por finca y agricultor, aunque no exista de forma objetiva un precio establecido en esos términos. Este coste es asumido por las empresas que , en función de su tamaño, acuerdan con las certificadoras el modo de organizar las inspecciones periódicas y los análisis descritos en el protocolo. Además del precio, supone una dificultad añadida la complejidad de sus trámites, según algunas comercializadoras que, de hecho, prescindieron en su día de incluirlo en su panel de calidad certificada, sin por ello dejar de enviar sus productos a grandes cadenas alemanas. 
Quizás por estos motivos, responsables de empresas del sector que disponen de este sello lo citan como una especie de “protocolo arancelario” para el acceso al mercado alemán, cuando no advierten la coincidencia de intereses económicos que no son ajenos a  grandes firmas de la distribución. Junto a la creciente preocupación por la seguridad alimentaria se percibe un sustancioso negocio.




Para el gerente de Ecohal, alfonso Zamora, el protocolo QS representa un peldaño más en las exigencias alemanas, cosa que, en sí mismo, no merece objeción alguna. Sin embargo, Zamora lamenta la multiplicidad de certificaciones que tiene sobre su mesa el sector. Por ese motivo, el gerete de Ecohal pide, admitiendo lo difícil de su propuesta, que el sector almeriense reclame a las cadenas un solo protocolo, precisamente el que considere más exigente. En ese sentido el gerente de la patronal alhondiguista recuerda la capacidad de las comercializadoras almerienses y los propios agricultores a la hora de cumplir las exigencias de los protocolos de calidad más importantes.










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