Este sábado las urnas volverán a abrirse en la Cooperativa Agrícola San Isidro. Lo hacen por cuarta vez en cuatro años y el actual presidente, José María Andújar Andújar, ganador en los tres comicios anteriores, lo afronta como un reto, uno más, en una trayectoria que marcan los datos. Como argumento aporta los datos de su gestión el frente de CASI.
Cuatro elecciones en cuatro años, es normal?
Es posible gracias al cambio que se realizó hace cuatro años en el sistema electoral, pero no es malo porque nunca lo es someterse a la voluntad de los socios, auténticos propietarios de esta cooperativa.
Es razonable un nuevo paso por las urnas?
Pues evidentemente algunos creen que si, aunque hace un año ya fui reelegido con un 80 por ciento de los votos emitidos. Pero insisto en que son los socios los que han de decidir esto, como el resto de líneas de trabajo en la cooperativa.
Unas elecciones a las que se llega con demandas y críticas. ¿Está siendo una campaña limpia?
Yo creo que está siendo sucia, muy sucia, porque no se basa en la crítica legítima a la gestión, a los cambios que se han introducido o a los resultados, sino como una confrontación personal, que responde a cuestiones particulares, y no creo que eso beneficie a la cooperativa.
Está usted molesto por esa situación?
No es agradable, por descontado, pero estoy tranquilo porque en la Asamblea hablaremos de la situación de la CASI. Lo que rechazo es una campaña sucia basada en presunciones, críticas, emails o washapp malintencionados enviados en los últimos meses. No creo que eso aporte ideas o soluciones a nuestra empresa.
Pero existe un cierto malestar entre los socios que es una realidad?
En estos cuatro últimos años nos hemos dedicado a trabajar, a solucionar los problemas que arrastraba la cooperativa, tanto en lo económico como en lo comercial, y quizá eso me ha hecho estar menos con los socios como debería. porque entre las funciones del presidente está el estar en el día a día con el socio para conocer sus problemas y sus inquietudes.
Entonces reconoce haber cometido errores?
Naturalmente, y el más grande puede haber sido ese de no estar tanto con los socios como me habría gustado porque han sido años de pelea, de ajustes, de afinar en los costes en busca de una mayor solvencia.
Y ese trabajo ha merecido la pena?
Entiendo que sí, porque hemos alcanzado uno de los objetivos que me había propuesto como es lograr implantar la comercialización directa, compatibilizándola con el tradicional sistema de subasta. Con el nuevo sistema se limita mucho el pago de los peajes y comisiones, con lo que se obtiene una mayor rentabilidad para los agricultores. Es dinero que va a parar a los bolsillos de nuestros socios cooperativistas.
Obtienen con ello mejores precios finales?
Indudablemente. De hecho el precio medio del kilo de tomate ha pasado en tres años de 0,49 euros hasta los 0,61 de la última campaña, es decir casi un 25 por ciento más en ese periodo.
Qué parte de ‘culpa’ tiene en ello ese modelo de comercialización directa?
Es importante porque al final mejoramos el precio medio, aunque sigue siendo la subasta la que marca en realidad los precios, lo que pasa es que el sacar menos volumen de género también obtenemos un mejor precio en la subasta. Al final, la CASI es el escaparate de los precios del tomate para todas las empresas y mercados y no sólo para Almería, sino para otras provincias limítrofes como son las de Murcia o Granada. Hay que tener en cuenta que nosotros ponemos en el mercado cada día entre un millón y medio y dos mil
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