Almería, después de casi 70 años, desde la pertinaz sequía del 47, no tendrá apenas cebada ni trigo propio que llevarse a la boca. Las principales zonas cerealistas de la provincia (Los Vélez, Oria, Fiñana y Tabernas) en vísperas de la recolección presentan sus campos arrasados por la falta de lluvias.
Desde enero, han caído en esa zona apenas 13 litros por metro cuadrado que ha hecho inviable la cosecha, perjudicada de forma adicional por fuertes vientos.
Las pérdidas, por tanto, van a ser del 100% al no haber cosecha y la valoración económica se estipula para el cereal, la merma de pasto consiguiente y el almendro, en unos 45 millones de euros, cuantifica la presidenta de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Francisca Iglesias.
Sin mies y sin espigas La mies, las espigas y el verdor tradicional de los predios de pueblos como Chirivel, Vélez Blanco u Oria se lo ha tragado la tierra. En su lugar, estos días, la comarca presenta un aspecto macilento con la simiente arrasada, sin medrar, por tantas horas de sol sin ninguna humedad.
Almería se caracteriza en este sector, sobre todo, por el cultivo de cebada como forraje para el ganado, por la avena, algo de trigo a granel para fabricar macarrones y plantaciones de garbanzos ecológicos en Chirivel y María para autoconsumo.
18. 000 hectáreas En total, la superficie de cereal almeriense se estima en 18.000 hectáreas. El trigo, antaño la principal producción cerealista de la provincia, prácticamente ha desaparecido desde que se acabaron las ayudas de la PAC hace una décadas. De trigo duro quedaban la pasada campaña unas 1.800 hectáreas para rastrojeras y de blando para pasta unas 600 hectáreas. Maíz apenas se cultiva ya en la provincia.
Mientras que en el resto de Andalucía, la merma esperada será del 20%, en Almería se dará la situación más drástrica de toda España, sin apenas cosecha y sin máquinas segadoras en el horizonte.
Se añade a esta ola de calor sin pluviometría (la más escasas desde hace 70 años) un perjuicio más lacerante aún: la inexistencia de forraje autóctono para alimentar al ganado. La mayoría de los productores de cereal almeriense complementan la renta con una explotación ganadera de ovino o caprino. Sin pienso propio, se encarecerán los costes de alimentación de la cabaña.
Iglesias tasa este sobrecoste añadido aproximadamente en 30 euros por ejemplar de oveja y 45 euros por cabra. Para el engorde de cordero segureño también se incrementarán los costes de alimentación en unos 12 euros por ejemplar. La alimentación ganadera tendrá que llegar de otras zonas cerealistas.
Por San Juan La recolección empezaría a partir del día de San Juan, pero este año no hay previsión de máquinas recogiendo la cosecha. También el arbolado, principalmente el almendro, va a tener unas pérdidas económicas sustanciales, según UPA. Las compañías de seguros empezarán a evaluar daños a partir del 14 de junio.
Tanto Coag como Asaja han solicitado medidas urgentes contra la sequía y han solicitado la declaración de zona catastrófica para el Norte de la provincia.
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