Una representación cualificada del sector hortofrutícola almeriense presentaba en el último número de Agricultura 2000 una especie de balance anticipado de la campaña, unido a los objetivos de cada empresa de cara al inminente verano.
Condicionada por una climatología extraña, por no decir adversa a los intereses del campo almeriense, la presente campaña aborda sus últimos meses bajo el signo de la duda. Una duda más que razonable a cerca de si se podrán compensar los resultados positivos de los meses centrales del invierno con los negativos del otoño y de la anómala primavera que se ha vivido en Europa. El efecto del clima, como es habitual, ha influido de manera mucho más contundente que los posibles efectos del virus Nueva Delhi, que tanta inquietud despertaron en su día y cuyas consecuencias han sido mucho menores gracias al compromiso y la dedicación de técnicos y agricultores.
Impresión general En cualquier caso, la impresión general no es demasiado halagüeña. Una buena parte de los representantes del sector ven difícil que la media se salve, sin confiar demasiado en los resultados que pueda dar de sí el último tramo de temporada, incluyendo los meses de verano que ya se han sumado al calendario agrícola en casi todas las empresas.
Lo que tampoco puede decirse es que se trate de una campaña catastrófica en términos generales, a tenor de las impresiones del sector hortofrutícola, salvando claro está, el inevitable hecho de que las condiciones climatológicas anómalas de la campaña hayan ocasionando severos perjuicios a un número determinado de agricultores.
Puntos de vista Para el responsable de Alhóndiga La Unión, Jesús Barranco, “hablar de expectativas de aumento de precios, lo veo sólo como un deseo que ojala se cumpla por el bien de todos”. En su opinión, no cabe espera que los momentos de buenos precios compensen los periodos adeversos.
En términos parecidos se expresa el gerente de Vicasol, José Manuel Fernández: “Aunque tuvimos unos meses centrales de campaña buenos al hacer las medias éstas bajan considerablemente. Va a ser muy difícil levantar esta situación de malos precios”.
Juan Cano, director comercial de Agrupaejido, explica que “marzo y abril han registrado un descenso considerable de las cotizaciones”, dejando abierta una puerta a la esperanza: “Está por ver si la campaña de primavera y lo que dé de si el veranopueden amortiguar los efectos”.
El problema del clima se ha manifestado en diferentes facetas, como observa el director comercial de Agrupaadra, José Cárdenas, quien ha observado “un bajo consumo por parte de los productos de primavera debido fundamentalmente a la competencia con otras frutas y la climatología adversa en la mayor parte de Europa”.
José Manuel López, directivo de Hortamar, particulariza en el caso del tomate, señalando que este producto registró no registró un precio aceptable hasta el final de noviembre, cayendo en picado las costizaciones después de Semana Santa.
Admitiendo que no ha sido una buena campaña, el presidente de Coprohníjar, Juan Segura, se felicita por no haber dejado de comercializar ningún producto, lo que puede ayudar a soportar mejor la situación adversa.
Antonio Escobar, director general de Grupo Agroponiente, prefiere no hablar de posibles compensaciones, ya que la situación no ha sido idéntica para todos los agricultores. Subraya los efectos negativos del clima en los precios y sostiene que el trabajo conjunto con los agricultores es la cla
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