Los agricultores dicen que el vino no es alcohol sino un alimento más

Los viticultores y los productores de vino de la provincia han mostrado preocupación por la promulgación de una nueva ley que tiene como objetivo la prevención del consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes y los menores.
Organizaciones agrarias como Asaja o Upa han defendido la necesidad de un tratamiento diferenciado del vino con respecto a otras bebidas alcohólicas que, en su opinión, son las que más crecimiento de consumo están obteniendo entre los menores de edad y los adolescentes.

Se apoyan para sus protestas en la aparente contradicción que se produciría si finalmente la Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores incluye al vino entre las bebidas prohibidas, ya que otra Ley, en este caso la de la Viña y el Vino, define éste como un alimento y reconoce la posibilidad de promocionar su consumo moderado.
Recuerdan que hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha posicionado en este debate y reconoció que el vino no puede estar en una ley de bebidas peligrosas.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se pide a las ministras de Sanidad y de Agricultura que se pongan de acuerdo y articulen medidas que eviten el consumo de alcohol y droga entre los menores “y no destruyan un sector tan importante como es el del vino en nuestra tierra”.
Califica además de incongruente que mientras se ha defendido la consideración del vino como alimento, e incluso como una parte importante de la Dieta Mediterránea, hoy elevada a rango de Patrimonio de la Humanidad, se pretenda ahora restringir su consumo y perjudicar a todo un sector “cuando son de sobra conocidas las manifestaciones a favor del vino de muchos de los dirigentes del Partido Popular y ahora miembros del Gobierno, posicionados históricamente a favor de promocionar un consumo moderado”.

Asaja afirma que la prohibición de consumir bebidas alcohólicas por menores ya está recogida suficientemente por la normativa actual, “y si esa prohibición no se está cumpliendo, no parece que criminalizar el consumo de un producto como el vino vaya a solucionar el problema”.
 
Para defender la no inclusión del vino en una nueva Ley, las organizaciones agrarias destacan que el mayor incremento en el consumo de los jóvenes y menores se produce en bebidas alcohólicas de mayor graduación. Estas han incrementado sus ventas en los últimos diez años de forma notable, mientras que el consumo de vino ha visto descender las suyas un 40 por ciento.
Las organizaciones agrarias entienden que las estrategias basadas en la prohibición y la represión “no conducen a nada”, por lo que apuestan por la cultura preventiva para promover un consumo moderado y responsable, “como ya está haciendo desde hace muchos años el propio sector vitivinícola”.