El granizo que de forma violenta cayó en la zona de Laujar cerca de la medianoche del pasado lunes 23 ha provocado un cataclismo en esta comarca en la que el vino es una forma de vida y los cultivos la forma de vida de centenares de familias.
Bernardo Vique, presidente de la Asociación de Viticultores y Bodegas de la Comarca Laujar-Alpujarra, asegura que tras recorrer la zona de cultivos se puede decir que se ha perdido más del ochenta por ciento de la cosecha de este año, y lo que queda en las vides difícilmante podrá salir adelante al estar seriamente dañados los pies y los tallos.
Muchos de los productores de la zona no pueden creer aún que en apenas cinco minutos se haya arruinado el trabajo de todo un año, “porque toda la inversión para la cosecha estaba ya hecha, ahora quedaba mantener las vides y recolectar en septiembre, y eso ya no es posible”, afirma Vique, que relata que la sensación de tristeza “es enorma en esta zona, personas mayores y jóvenes con lágrimas en los ojos porque han perdido el trabajo y los ingresos con los que viven todo el año”.
La granizada fue tan violenta que no sólo tiró racimos al suelo, sino que dañó los frutos de los que quedaron en las plantas e incluso provocó roturas y heridas a los tallos y maderas de las plantas, lo que hace temer que lo poco que ha quedado no llegue a ser útil para las bodegas.
Pero los daños no han sido sólo para los viñedos, afectados en un 80 por ciento de la cosecha. Los almendros también han sufrido los efectos de la granizada, hasta el punto de que en torno un 70 por ciento de los mismos perderán para este año sus frutos.
Daños igualmente importantes se han registrado en los cultivos de frutales y en las hortalizas, que en esta zona se plantan para recoger con la llegada del verano y que dada la intensidad de la tormenta, prácticamente han visto desaparecer la cosecha.
La magnitud de los daños ha hecho que entre los agricultores, los bodegueros y para las aurtoridades locales de esta comarca se hable ya de la consideración de zona catastrófica porque, como dice Bernardo Vique, “la agricultura es la base del sustento de más del 75 por ciento de la población, y para este año ha quedadao seriamente dañada”.
No se trata sólo de la pérdida de las cosechas de los agricultores, sino también de los miles de jornales que genera en la comarca la recolección de uvas, almendras, frutas y hortalizas de verano, una forma de trabajo que este año se verá muy reducida.
El lamento es por ahora el único sentimiento para los habitantes de esta zona de la provincia. Ahora se recuerda el refrán que dice que “la lluvia por San Juan se lleva vino. aceite y pan”, un dicho popular que este año tiene más sentido que nunca.
No había sido un buen año hasta ahora a causa de la sequía, pero la llegada del agua ha sido en forma de hielo y ese granizo a acabado de arruinar el año agrícola. Laujar y su comarca miran ahora a las administraciones porque necesitan ayuda urgentemente para paliar en la medida de lo posible la terrible pérdida que acaban de padecer.
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