Charli, la histórica cadena de perfumerías almerienses, cierra su último establecimiento en el Paseo de la capital. Esta familiar firma especializada en perfumes de primeras marcas, cosméticos y complementos llegó a sumar seis céntricas tiendas en la capital y una en la Avenida Juan Carlos I de Roquetas de Mar.
Charli, fundada por Eusebio López Quero, ha sobrevivido durante casi cuatro décadas, desde que abriera su primer comercio con este nombre en 1976 en la antigua calle General Rada (hoy Concepción Arenal).
Posteriormente se expandió a través de concesiones de productos de belleza como Guerlain o Dior en otros emplazamientos como la Plaza del Carmen, Avenida de la Estación, Calle Castelar y Méndez Núñez. Ninguna empresa local llegó a contar con tanta diversificación de tiendas como Charli.
Irene López Ferrer, representante de la tercera generación de esta saga de comerciantes almerienses que hunde sus orígenes en la marca Briseis, explica que “el motivo del cierre es la crisis que tanto ha afectado a este tipo de productos y la competencia de las grandes cadenas foráneas que han ido llegando a Almería”. Charli, un nombre familiar durante décadas para almerienses de la capital y de los pueblos vecinos cuando venían a comprar en el Alsina, se distinguió desde sus inicios por ofertar una amplia gama de perfumes y de cosmética primero para la mujer y después con una sección masculina.
La historia de Charli arranca con la apertura de la perfumería de Briseis del Paseo en 1932, que regentaban los hermanos Antonio, Eusebio, Manuel y José López
Jiménez, hijos de un carnicero del Mercado Central. Con el tiempo, Eusebio conservó ese establecimiento que complementó con un salón de peluquería también instalado en el entonces Paseo del Generalísimo.
Epoca de brillantina Eusebio padre cedió en los 70 el negocio a Eusebio hijo, quien con ímpetu decidió ampliar su radio de acción con una nueva marca -Charli- sin ningún significado especial, más allá de ser un nombre pegadizo en esa época de brillantina y pantalones de campana. Falleció en 1994, antes que su propio padre, y tomó las riendas de ese pequeño emporio de cosméticos su viuda Elisa Ferrer, quien fue ampliando tiendas y empleados hasta llegar al Poniente y con el experimento de una boutique frente al ficus del Paseo.
Beatriz de Orleans Fueron años en los que Charli no tenía competencia en su género, con miles de clientes, y organizaba charlas coloquio sobre la belleza del cuerpo, la celulitis, las estrías, las varices y proyectaba documentales sobre masajes en los salones del Banco de Bilbao. Era concesionaria de marcas como codiciadas marcas como Pikenz, Cloe, Florgalles, Elizabeth Arden y consiguió traer a la princesa Beatriz de Orleans que presentó la gama Dior en las tiendas Charli de Almería.
En 1986 reabrió la iniciática perfumería de Briseis como un minimuseo del perfume con más de mil muestras diminutas en artísticos frascos.
Eusebio López Quero promovió también una factoría de envases de aerosoles en el polígono de Sierra Alhamilla.
Cuarenta años después, ese pequeño imperio del perfume que forjó exhala su último aroma ante la irrupción de multinacionales y el finiquito de esos agradecidos clientes que llegaban en Alsina.
Un polifacético hombre de negocios
Eusebio López Giménez -hermano de Antonio, el creador de Briseis- fue un polifacético hombre de negocios almeriense que buceó en distintos sectores, desde el comercio de esencias y perfumes al cine. Fue empresario cinematográfico con la empresa Roma S.A. y socio de la productora Ignacio F. Iquino, descubridora de la actriz Nadiuska en los años del destape. Fue también vocal del Sindicato Provincial de Espectáculos y falleció en 1999 con 80 años.
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