Un matrimonio de jubilados de Níjar, Manuel Sánchez Ferre y Carmen Redondo, ha puesto en jaque el proyecto empresarial de Minas de Alquife para recuperar la actividad minera en la comarca del Marquesado granadino.
Ambos, anteriores propietarios de los terrenos mineros, han iniciado los trámites legales para que revierta en ellos la propiedad, “al haberse incumplido los compromisos de pago adquirido por la parte compradora, un consorcio alemán”, según el representante legal de la pareja nijareña.
En marzo de 2008, el matrimonio, dueño de la totalidad del conjunto minero de Alquife, vendió 700 hectáreas (del total de 1.643 hectáreas en que en su día adjudicó el Juzgado de lo Social número uno de Granada a los mineros) a un consorcio que adquirió los terrenos a través de tres sociedades luxemburguesas: Hispainmo, Luxterra y Rura Developpement. La intención de este grupo, en un principio, era hacer un campo de golf y un residencial protegiendo el poblado minero como reclamo turístico.
En la operación de compraventa, el matrimonio se reservó expresamente la propiedad de los lodos, los residuos mineros y la chatarra provenientes de la anterior explotación.
Dado que una parte significativa del precio quedó aplazada, se estableció en las escrituras una condición resolutoria por la que el matrimonio recuperaría las fincas en el caso de que no se atendiesen los pagos comprometidos, “como así ha ocurrido”, expresa el abogado del matrimonio.
La cantidad impagada por el consorcio, con compromiso de hacerlo antes del 31 de diciembre de 2014, se sitúa en torno a los 3,5 millones.
La empresa ha solicitado un aplazamiento de pago hasta junio, pero el representante de Ferre y Redondo intuye que “es una estrategia para ganar tiempo y contar con la declaración de interés público que autorizaría a la empresa para expropiar los terrenos al matrimonio almeriense. El Consorcio comprador aportó los terrenos al hólding propietario de Minas de Alquife S.L.U. que, en los últimos años, ha manifestado su interés por ejecutar conjuntos residenciales y parques temáticos en la zona, luego por establecer negocios fabriles y, recientemente por llegar a cabo la explotación minera.
Hace unas semanas, la Junta concedió a Minas de Alquife la Autorización Ambiental Unificada en el marco de una solicitud de explotación de una de las secciones del yacimiento.
Un chatarrero que hizo fortuna
Manuel Sánchez Ferre hizo patrimonio en sus comienzos empresariales a través de un primario negocio de chatarrería. Posteriormente se dedicó a la compraventa de fincas agrícolas y residencuales en la zona de Campohermoso y Lucainena de las Torres. A finales de los años 90 adquirió una parte de los terrenos de Alquife a los antiguos mineros, a través de un grupo británico. Diez años después decidió venderlos, pero la operación no ha terminado de cristalizar “por la falta de liquidez y solvencia financiera del consorcio comprador”, expresa el abogado. Minas de Alquife presentó proyecto en Almería para explotar las Minas a través de la comercialiación de 4 millones de toneladas anuales.
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