El Gran Hotel no cumple el anuncio de reabrir en mayo

Ni asomo de cemento, ni de albañil por las inmediaciones de la calle Reina Regente: la puerta del Gran Hotel, el establecimiento más emblemático de Almería en su género, sigue cerrado a cal y canto, con la puerta tapiada, como el túnel del AVE almeriense. El hotel fue cerrado el  pasado 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, con la idea, según la dirección, de llevar a cabo una remodelación y mejora de instalaciones. El establecimiento pidió permiso de obras el pasado mes de marzo pero sin que se haya movido ni una loseta, hasta ahora.
El director en el momento del cierre, Francisco Gómez Leyva, donde media ciudad ha celebrado algún acto social alguna vez en su vida, aseguraba que se clausuraba de forma temporal para cambiar las moquetas por tarima flotante, reparara la caldera, trasladar las cocinas, remodelar la recepción e instalar un ascensor panorámico.
Gómez Leyva informaba de que la reapertura se produciría en mayo. Pero el hotel, en una privilegiado emplazamiento, sigue cerrado, tal como pronosticaban la treintena de trabajadores de la plantilla.
El Gran Hotel abrió sus puertas en diciembre de 1967 y desde entonces, en casi medio siglo, nunca había cerrado sus puertas, las reparaciones se hicieron planta por plata.
 
En liquidación
La cadena Vita Hoteliers, a la que pertenecía mediante acuerdo comercial el Gran Hotel, entró en liquidación el pasado año, tras la entrada en prisión de José María Morros Llauradó, el dueño de Marvel Hoteles, que unió sus establecimientos a los de Citymar de Rifá, incluido el Gran Hotel.
Desde el pasado verano, el Hotel se gestionaba a través del administrador concursal Gran Thomson. En el futuro, este emblemático establecimiento que brilla como un faro al sur de la ciudad, tendrá mucho que ver con el Banco Popular y el Sabadell, las dos principales entidades acreedores de la empresa de Miguel Rifá.
La sociedad Hotel Almería, de la que es administradora Predios del Sureste, entró en concurso voluntario en el juzgado de lo Mercantil número 3 de Barcelona por insolvencia con un pasivo acumulado  de 54,5 millones y 35 firmar fiadoras.
Al menos un grupo inversor nacional ha presentado ofertas a la propiedad y a la administradora concursal Gema Soligo Illamola para hacerse con la gestión por un periodo de diez años.