Andalucía lleva a la UE el camino de la nueva agricultura sostenible

Los sistemas regionales inspirarán las medidas agroambientales de la PAC

Clara Aguilera , ex consejera, durante la visita a una de las fincas del programa.
Clara Aguilera , ex consejera, durante la visita a una de las fincas del programa.
Redacción
16:35 • 04 jul. 2015

La agricultura se enfrenta a grandes desafíos, pues como advierte la FAO, en 2050 se debe producir un 70% más de alimentos para satisfacer las necesidades de una población creciente. El reto es conseguirlo haciendo compatibles la perspectiva del bienestar social, la protección de los recursos naturales esenciales, como son el suelo, el agua y la biodiversidad, y la rentabilidad que para los agricultores tiene realizar una agricultura sostenible.




Para demostrar que alcanzar este reto es posible se ha creado el proyecto INSPIA, cuyas siglas traducidas al castellano explican su objetivo: desarrollar de forma científica, con datos reales tomados directamente en las zonas de cultivo, un Índice Europeo para la Agricultura Productiva y Sostenible.




Participación El proyecto INSPIA está coordinado por la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF) y cuenta con la participación del Instituto francés de Agricultura Sostenible (IAD) y la Asociación Europea de Protección de Cultivos (ECPA). En España, la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos y la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), son las entidades participantes en las actividades de coordinación de la red de fincas y formación de agricultores y técnicos. 




Fincas en Europa Como explica Paula Triviño, responsable técnico de proyectos de la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF): “INSPIA es un proyecto europeo que se desarrolla en cuatro países muy diversos, como son España, con 30 fincas en diversas zonas agroclimáticas, Francia, que aporta 24 fincas, Bélgica, con 3 fincas  y Dinamarca.




El proyecto pretende aplicar en campo una serie de 15 Buenas Prácticas Agrarias dedicadas, por una parte, al fomento de la biodiversidad, a través de la mejora de hábitats, el establecimiento de márgenes multifuncionales y la siembra de diversidad de especies, y por otra, las encaminadas a la protección de la calidad de las aguas y la conservación de suelos como freno a la erosión. Por último, el proyecto también toma en cuenta aspectos fundamentales de gestión de residuos en las explotaciones”.  




Lo más destacado de este proyecto es la medición de la eficacia de estas prácticas beneficiosas, como nos cuenta Emilio González, director de la AEAC SV: “La clave de INSPIA es que la efectividad de estas 15 Buenas Prácticas Agrarias la estamos midiendo en cada finca a través de 25 indicadores que quedan registrados en la plataforma.






Temas relacionados

para ti

en destaque