Asafal pide recuperar los tiempos de viaje en tren de principios de siglo

Considera urgente inversiones para el intercambiador de Granada y que el AVE esté finalizado en cuatro años

Puente de Santa Fe por donde circulan trenes de ida y vuelta a Granada y Madrid
Puente de Santa Fe por donde circulan trenes de ida y vuelta a Granada y Madrid
Manuel León
22:52 • 07 sept. 2015

Es como si a un equipo de fútbol, los árbitros, por decisiones arbitrarias, lo condenasen a ocupar temporada tras temporada el farolillo rojo de la Liga. Eso, más o menos, le ocurre, con neutrales datos encima de la mesa, a Almería, que en 120 años de historia del ferrocarril ha visto cómo le han hurtado kilómetros de traviesas, en vez de añadirlos, en un caso inaudito en España y quizá en Europa.
Llegó el ferrocarril a la capital una mañana de julio de 1895, cuando ya los penachos de humo coronaban el cielo de toda España; llegó al Valle del Almanzora en 1891, con Nicolás Salmerón a bordo, aunque fue cerrado, con sumisión plena de las autoridades locales, en 1985; el Poniente y el Levante nunca han tenido tren a pesar de lo múltiples proyectos desde hace más de un siglo y el AVE con Murcia lleva camino de convertirse en el último de España en terminarse: en el mejor de los casos, no será antes de 2020.
Alguna mañana de dentro de una década, volverán a repetirse los fastos de hace 120 años, cuandos nuestros bisabuelos, con Ivo Bosch a la cabeza, se lanzaron a la calle a celebrar, frente a la Estación de inspiración francesa, que había llegado el tren de Linares, al último rincón de España.
La única noticia positiva en los últimos tiempos para el pisoteado ferrocarril almeriense ha sido el anuncio de la ministra de Fomento, sine die, de integrar un intercambiador en Granada para acortar el viaje del trayecto Almería-Madrid.




Sociedad civil 




En la pequeña historia férrea de la provincia quedan también los sinsabores de la pérdida del Expreso nocturno a Madrid y la falta de inversiones para la modernización de una línea decimonónica.
Sin embargo, algo está cambiando en la sociedad civil almeriense y la pretérita indolencia está mutando a posiciones más reivindicativas, con la irrupción de la nueva Plataforma Califal, y por la actividad de la Asociación de Amigos del Ferrocarril (Asafal).
Este último colectivo lanzó ayer una serie de propuestas a la Administración para corregir el deterioro que se puede ejemplificar en que los trenes son más lentos que hace quince años, “son necesarias actuaciones para en Almería-Moreda-Granada para recuperar los tiempos de viaje de principios de siglo”.
Piden un intercambiador de ancho variable a la entrada de la Estación de Granada que elimine el transbordo de trenes y que pueda utilizar la nueva línea de alta velocidad Antequera-Granada.
Asafal insta a que se sustituyan traviesas y carriles en mal estado, ejecución de una variante en Moreda para incrementar la velocidad, ahora reducida a 30 kilómetros, incorporación de trenes híbridos y la rehabilitación integral de la electrificación entre Almería y Huéneja-Dólar.
Los objetivos son llegar a Granada en 1h,55’ (ahora 2,27), a Sevilla en 4 horas (ahora 5h,43’) y a Madrid 5 horas (ahora 6h,25’).









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