Un empresario de 31 años monta la primera fábrica de tablas de surf de la provincia

De tanto galopar por olas de La Térmica desde niño, de tanto buscar la excelencia en la cabalgadura, Juan Manuel Teodoro Ferrón, un almeriense de Puerto Pino, ha decido montar una empresas para ganarse la vida en este negocio basado en el ocio.
Tiene 32 años, hijo de un ingeniero, director de Minas de Gádor, y, tras apagar fuegos como bombero, acaba de abrir un emporio para fabricar tablas de surf -no hay ninguna otra en la provincia- en La Juaida de Viator.
Allí, en ese paisaje de naves industriales, carajillos y Ford Kangú, sin asomo de salitre,   ya tiene casi a punto su maquinaria, tras ocho meses de obra civil en una planta de 500 metros. Prevé construir de forma manufacturada, con aplicación de última tecnología en materiales, tablas de entre 3,6 y 4,2 metros y de pie con remo. “Empecé a pensar hace algún tiempo que Almería este deporte, en contra de lo que se piensa, se practica todo el año y hay poca competencia, las fábricas más cercanas están en Málaga y Cádiz- expresa con precisión”. Teodoro trabajará con diseños a demanda de particulares pero también prevé hacer marca blanca para otras grandes firmas comerciales. Entiende que el valor añadido que él puede aportar es el de un ebanista del composite, de la fibra de carbono, frente a los ikeas del sector, con producción en serie. Cuenta con un empleado, y un horizonte de unas 45 tablas mensuales pero si los pedidos prosperan  tiene capacidad para 15 trabajadores.

Del ocio al negocio Los primeros pedidos le han llegado de comercios de Fuerteventura y Las Palmas. Tiene ya aprobada una ayuda de la agencia Idea que complementa el crédito de un banco. Asegura que una de las claves está en elegir bien los materiales entre los proveedores -él pide a Australia y Alemania- y en hacer bien el acabado. Otro aliado para su éxito es que conoce como nadie el sector y no descarta añadir la venta de otros artículos y accesorios relacionados con los deportes náuticos. Almería cuenta con surfistas durante todo el año.

El sueño americano de un zapillero

Son el fuelle que aventa las economías provinciales: las pymes, los autónomos, los pequeños emprendedores que pagan onerosos impuestos y que hacen que el dinero se mueva, que se aventuran a triunfar o a fracasar. Algunos, sin complejos, como en America, América,  de Kazan, se levantan de nuevo una y diez veces y llegan a conquistar el mundo desde Cantoria con  la alquimia del cuarzo. En Almería también se ven de vez en cuando algunos tiernos emprendedores, empresarios en ciernes, con el fragor de la batalla inyectado en la mirada.