La segunda cantera de yeso del mundo está en Sorbas y produce 4 millones de toneladas

El comercio del yeso en la provincia -que pasa casi desapercibido- genera un volumen de negocio de millones de euros anuales y proporciona empleo a centenares de trabajadores. No en vano, Almería, sin que apenas transcienda, se ha convertido en una potencia mundial en exportación de este mineral con 4 millones de toneladas anuales que llegan por mar a los cinco continentes.
En Sorbas, además, está localizada la segunda cantera más grande del mundo este mineral -la primera está en México- con 200 hectáreas de ocupación (12 en explotación real), cuyos derechos mineros en régimen de concesión, corresponden a la empresa francesa Saint-Gobain Placo. Durante años hubo enfrentamientos entre grupos ecologistas y empresas explotadoras por esta actividad industrial que se realiza en superficie. La situación se solventó trazando una línea de separación entre los karts en yeso del paraje protegido de las cuadrículas propias de la actividad  mineras. Además de Saint Gobain, que compró los derechos mineros a la compañía BPB en 2005, operan también otras compañías como Torralba, Lafarge, Etex y Knauf. La actividad se inicia con el movimiento en la cantera de las palas excavadoras que cargan en una flota de más de 300 camiones conducidos por profesionales autónomos  de Almería, Sorbas y Los Gallardos, principalmente, y que se agrupan en tres cooperativas de suministros.
Los camioneros transportan el mineral que sale por los puertos de Garrucha, Almería y Carboneras, por ese orden de importancia, en barcos que son fletados rumbo a destinos africanos, europeos y americanos.
“El principal cliente del yeso almeriense en la actualidad es EEUU, el yeso de Almería es muy apreciado por su granulometría en el mundo entero”, expresa Víctor Bautista, director general de Saint Gobain, que también tiene canteras en Almería y Tabernas.
La dársena de Garrucha es para la Junta la más rentable de toda la red de puertos andaluces.

El negocio satélite que gravita

No es solo el yeso arañado a la cantera, es también el transporte, el flete, el armador, el consignatario, el porcentaje que se embolsa la Junta y todo el negocio satélite que gravita alrededor de esta actividad minera en la provincia: los menús de los empleados en los restaurantes, labores de estiba, centenares de camioneros que viven de este mineral. Saint Gobain presume de 16 años sin registrar ni un accidente laboral, aunque aún quedan aspectos que mejorar en esta actividad a cielo abierto para no perjudicar a la poblaciones donde se embarca el yeso.3