Los señores de las hortalizas echan el cierre con nuevas ideas en la mochila

 La sensación de los profesionales almerienses a la vuelta es que queda margen para nuevos mercados

La Feria  Internacional de frutas y hortalizas de Madrid hace coincidir a operadores de distintos países
La Feria Internacional de frutas y hortalizas de Madrid hace coincidir a operadores de distintos países
Manuel León
01:00 • 31 oct. 2015

Decía Ramón -no Gómez de la Serna sino Gómez Vivancos-  el inventor de nuestra en otras horas exitosa Expo Agro, que asistir a una feria temática internacional es como viajar por el mundo, sin salir de cuatro paredes. Eso ha sido esta Fruit Attraction 2015, una escalera de colores, como en los naipes, en la que empresas de 25 países han mostrado sus cartas en el  gran negocio de las frutas y las hortalizas bajo el cielo velazqueño de Madrid.
 Empezó esta gran feria de las verduras mundiales con 300 empresas y ya concurren más de un millar. Es junto a la Fruit Logística berlinesa la gran cumbre para que productores, comercializadores e industria auxiliar junten meriendas con los distribuidores.
Por eso, es cuestión de unos metros pasar de la ambrosía de las piñas caribeñas a la rotunda patata turca o de las mandarinas calabresas que devoraba Garibaldi a las relucientes manzanas de la Provenza retratadas en los libros de Proust. Por eso, los señores de la agroindustria almeriense, cerca de un millar, quieren estar ahí, en donde pivota este gran negocio basado en colores, sabores, texturas y calibres. Aquí, mirando con el rabillo del ojo al de al lado, es donde surgen las ideas para vadear nuevos mercados con nuevos productos y con nuevas técnicas de producción.
Por allí ha transitado por ejemplo, el ingenio de Pedro Caparrós que no deja de mirar: ha crecido un 35% su facturación y ya cuenta con una plantilla de 500 empleados; o Begoña Góngora, de Femago, la tercera generación de una de las alhóndigas decanas en el Poniente ; otros como Francisco Belmonte, de Biosabor, acaba de presentar en ese poblachón manchego de Mesonero Romanos, un gazpacho para beberlo en invierno, viendo la tele con una manta encima de las rodillas; José Martínez Portero y Enrique de los Ríos, de Unica Group, han puesto a disposición de los socios una nueva herramienta de información para móviles y Antonio Castillo, de Agroponiente ha estrenado nueva web; Enrique Vargas, de Costa de Almería, espera alcanzar este año los 180 millones de kilos, sumando sus pimientos precocinados para el canal Horeca, y Fancisco Góngora presidirá a partir de ahora una Interprofesional de carácter nacional con sede en la Carretera de Ronda. Han dado cobertura  a sus clientes Jesús Barranco, de La Unión y Miguel Vargas de la CASI y ha husmeado nuevas tendencias en fauna auxiliar, José Antonio Santorromán, de Agrobío y el chef  Tony García  se lució cocinando los pimientos dulces de Rijz Zwaan.
 Ni el futuro ni el pasado existen bajo el plástico de Plastimer o Sotrafa: solo se vive el momento, el carpe diem, la tiranía de los números presentes. Porque el gran baluarte de la economía almeriense vive de los resultados, como un Mourinho cualquiera. Nada sirve si no hay resultados, si no hay kilos o precio.  El invernadero provincial, desde Agrupapulpí hasta Agrupaadra, vive de esa pizarra diaria, de los subes y bajas de kilos y categorías de tomates, pimientos o berenjena, como si se tratara de la misma Bolsa de Madrid.
Nada se parece la Fruit Attraction madrileña de hace siete años a la hora, como nada se parecen ya las empresas almerienses ni su industria auxiliar. Porque cada día es distinto y este es el escenario perfecto para empezar a  tejer la urdimbre de la innovación.
Las cifras de ese esfuerzo de adaptación, de búsqueda de nuevos mercados a quienes venderle las hortalizas que se crían en La Cañada o en La Aldeilla, son elocuentes: Almería pilota con prestancia las exportaciones andaluzas con un crecimiento del 15%, según dio a conocer en la Feria la ministra Tejerina.
Sin trenes, sin barcos, sin aviones, solo con su sufrida flota de camiones, Almería hacer saltar cada trimestre la banca de la Balanza Comercial andaluza. Nadie aporta más con menos. Algo que empieza a gestarse en ferias como la Fruit, donde surgen las ideas que certifican los resultados.











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