Dos siglos de Feria de Almería

Detalle del texto de la petición a Carlos IV  para celebrar una feria en Almería (Imagen: Archivo Municipal de Almería).
Detalle del texto de la petición a Carlos IV para celebrar una feria en Almería (Imagen: Archivo Municipal de Almería). La Voz
Juan F. Escámez
00:08 • 20 ago. 2018

El siglo XIX supondrá para toda la provincia de Almería el despegue del anhelado crecimiento económico que estará fundamentado en el desarrollo de la minería y la agricultura, pero el inicio del siglo no fue el más deseado y una serie de desastres naturales dejaron a la provincia de Almería muy mermada. 



Entre el mes de marzo de 1803 y agosto de 1804, se sucedieron unos intensos terremotos que causaron casi 400 pérdidas humanas y gravísimos destrozos. Los principales acaecieron en los meses de enero y agosto de 1804.



El patronazgo de la Virgen del Mar



A pesar de este año y medio aciago para la provincia de Almería, los habitantes de la ciudad sienten que gracias a la protección de la Virgen del Mar no han sufrido mayores pérdidas personales o materiales. En dos ocasiones, la imagen mariana se trasladó del convento de Santo Domingo a la Catedral en acción de gracias.



Desde 1805 proceden a movilizarse para la declaración de la misma como Patrona de la ciudad y restos de pueblos de su jurisdicción, como Viator y Huércal de Almería. Finalmente, el Papa Pío VII concederá el título el mes de mayo de 1806 junto a otras indulgencias y jubileos en honor a la festividad de Virgen.



Uno de los puntos particulares de esta concesión fue el traslado de la festividad del mes de enero (fecha de la aparición de la Virgen) al mes de agosto con la salvedad de celebrarse dicha festividad litúrgica el sábado antes del último domingo de este mes.



Solicitud de feria a Carlos IV



Obtenido el permiso papal del patronato de la Virgen del Mar y su traslado al mes de agosto, el Cabildo municipal tras las oportunas reuniones con el Cabildo eclesiástico solicita en septiembre de 1806 al monarca Carlos IV la realización de una feria coincidiendo con las fechas de la festividad mariana, con el fin de conseguir, en palabras del propio escrito, “una de las mayores ferias de España”.


La demanda de la feria estaba justificada entre otras razones, como la abundancia en el mes de agosto de pastos en todos el país para poder realizar el traslado de ganado o la ausencia de labores de labranza en la época estival permitiría a los ganaderos no descuidar sus campos.


La situación de Almería, “en el centro de la parte de Levante y Poniente”, el crecimiento que estaba sufriendo el sector del comercio antes de la guerra de Independencia y el interés de la época por la ejecución de los caminos de la Alpujarra son otros sumandos para la obtención de dicha feria.


Se añade además, que a pesar de haber mantenido durante tres siglos la festividad de la Virgen a primeros de año, y siendo estas fechas las más propicias para “fríos, lluvias, huracanes y riadas”, las fiestas han sido visitadas por “casi pueblos enteros de todo este Reino de Granada” afianzándola como  una de las mayores de la zona.


La simultaneidad con la feria de Tabernas

Desde 1801, la villa de Tabernas tenía el permiso de una feria de ganado entre los días 18 y 22 de agosto. Esta posible simultaneidad de fechas entre las ferias de dos localidades del mismo partido podía provocar la negativa del rey para el permiso que se estaba solicitando.


Para ello, se propone que se adelanten las fechas de la feria de Tabernas y comprendan los días del 12 al 16 del referido mes y la de Almería comprendan los días del 18 al 22 de forma permanente.


Cabe destacar que la intención del Cabildo es la de respetar que la feria se realizara el domingo antes del 25 de agosto de forma perpetua.


La respuesta Real

Finalmente, la petición recibió todas las aprobaciones pertinentes trasladando la realización de la feria entre los días 22 y 26 de agosto.


Durante todas las ferias realizadas en el siglo XIX, el día de inicio de las mismas estaba fijado para el 18 de agosto. Esto se modificó en la década de los cuarenta del siglo pasado, modificando el inicio de la feria de Almería el sábado anterior al último domingo de agosto.



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