El Certamen de la Producción Almeriense consistía en una gran exposición donde tenían cabida las ramas de actividad minera, comercial e industrial de la provincia de Almería y que se celebró en los años 1946 y 1947 en el edificio de la Escuela de Artes y Oficios, que en aquellos años se ubicaba en el actual IES Celia Viñas, siendo una actividad muy destacada de entre las que se celebraban dentro del programa de feria de la ciudad. No obstante, en años precedentes se habían organizado eventos similares, aunque de menor envergadura que este y con diferente denominación. Teniendo en cuenta el contexto en el que se enmarca este evento, los años de posguerra, y siendo la feria un evento social al que se acercaban muchas personas, era pues un buen escaparate en el que mostrar la artesanía, los productos industriales, las diferentes explotaciones y demás elementos productores de la economía de la provincia con una doble finalidad, la divulgativa y la propagandística.
Semanas antes del inicio de la feria, se deba amplia difusión al reglamento para poder participar en el evento. Al mismo, podrían concurrir productores de toda clase siempre que ejercieran sus actividades en la provincia. También estaba prevista la publicación de un catálogo oficial detallando información tanto sobre los productores que asistieran a la muestra, así como de los objetos que se expusieran.
En días previos a la inauguración, la Junta nombrada (integrada por el Subsecretario de Educación Popular, el Jefe de Educación y Descanso, el Vicesecretario de Obras Sindicales y el Director de la Escuela de Artes y Oficios) seleccionaba y clasificaba los objetos que finalmente se expondrían en el encuentro y se realizaba el sorteo de estands en la sede de la Vicesecretaría de Ordenación Económica, ubicada en el número 10 de calle Reyes Católicos en aquel entonces.
Se distribuían los puestos por los salones y galerías de la planta baja y de la principal y se procedía al montaje de aparatos y expositores. En las salas de mayor tamaño, se montaban las exposiciones de las grandes industrias. También se situaban vitrinas en los alrededores de los pasillos por parte de los comercios en las que mostraban los productos que más vendían en sus establecimientos.
A los productores se les autorizaba para la venta de los objetos de producción propia que aportaban al Certamen, pero no podían retirarse de los lugares que ocupaban mientras que no finalizara el evento, salvo el caso de que pudieran ser sustituidos por otro igual, algo lógico dado el carácter de la muestra. Además de esta atractiva posibilidad de venta de las mercancías expuestas, se establecían premios en metálico y entrega de diplomas. Para otorgarlos, se constituía un jurado compuesto por los miembros de la Comisión Organizadora (Alcalde de la ciudad, Delegado Provincial de Sindicatos y Presidente de la Cámara Oficial de Comercio, asistidos por la Vicesecretaría Provincial de Ordenación Económica) y por los que componían la Junta antes mencionada.
La inauguración del Certamen, con amplio horario de acceso libre y gratuito, como era y siegue siendo habitual, contó con la asistencia de autoridades y una gran afluencia de público. Y es que la muestra de productos allí reunida era muy amplia, rondando los 70 productores entre los que se encontraban representantes de Almería capital y su provincia.
De la provincia, destacaba por su excepcionalidad una maqueta que representaba las minas de mercurio por medio de la cual se explicaba su forma de extracción y usos, extensas muestras de productos hortícolas de la provincia, el Sindicato de Cereales exponía diferentes tipos de grano molidos y sin moler, Albox exponía piezas salidas de sus telares, Olula del Río y Macael mostraban trabajos de mármol, y Adra acudía con ejemplos de sus conservas. Por su parte, Vera, Níjar Sorbas, Tabernas y Huércal Overa lo hacían con trabajos de artesanía de tipo cerámico y manufacturas del esparto entre otros.
En cuanto a las industrias de la capital, mostraban allí una gran variedad de productos, tales como maquinaria agrícola, productos químicos como los del laboratorio Francisco Durbán Quesada o el de Vivas Pérez, peletería, manufactureras de caucho, plantas industriales como la de Francisco Oliveros S.A., labores del comercio Cigüeña Blanca, anisados y coñacs de Castilla y Orts, muebles de Rabriju, azufres o artes de pesca y metalurgia.
Respecto a la pesca, presentó una exposición que resultada muy atrayente para los visitantes, pues se montó un barco simulado en el que se mostraban numerosas artes de pesca de diferentes tipos, salazones, instrumentos para la navegación... Además, se podían encontrar paneles con información estadística sobre el este y otros sectores.
Al término de la feria, se procedía al anuncio de los premiados por categorías y a la entrega de diplomas al resto de participantes.
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