AlfarAlmería abre su XXVII edición con demostraciones en vivo

La 27 edición de la feria de Alfarería AlfarAlmería ha quedado inaugurada esta mañana al son del grupo de baile senegalés que desfiló ayer en la batalla de flores. Entre los nuevos alfareros encontramos algunos llegados de pueblos de Salamanca como Alba de Tormes o de Portugal.

Las novedades de este año incluyen demostraciones en vivo y diversos talleres como los de cuerda, técnica japonesa con fuego, 'Raku', o los intergeneracionales para que desde abuelos a nietos puedan trabajar juntos el barro.

A las demostraciones de las diferentes técnicas en vivo se han apuntado artistas como 'Tato Sheriff', nacida en Lisboa de padres gallegos. Esta artesana es pintora y creadora de cerámica. Este es su segundo año participando en la feria almeriense y se ha mostrado muy contenta por poder acercar a la gente su forma de trabajar porque cree que es algo "que beneficia a todos". "Voy pintando las piezas para que la gente lo vea. Meto las piezas en el horno y las saco al día siguiente", ha explicado.

Entre sus artesanías se encuentran las típicas sardinas portuguesas que ha adaptado para "darle una utilidad en la mesa" como soporte para apoyar los cubiertos, una forma de llevarse un souvenir lisboeta sin salir de la Rambla.

Los orígenes
Si la feria de alfarería tiene la importancia que posee hoy en día es de lejos gracias a la labor de Francisco Robles, almeriense artesano del barro que ha dedicado toda su vida a poner en valor este arte.

El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, ha declarado durante la inauguración esta mañana la decisión del consistorio de, pasadas las fiestas de la ciudad, realizar un acto solemne en el que impongan el escudo de oro de la ciudad a Robles en reconocimiento a su labor.

Robles, por su parte, se emociona más al pensar en la lucha que ha batallado toda su vida que con el reconocimiento que le van a brindar. "Empecé a dedicarme a la alfarería para poder comer. Y ahora puedo decir muy contento que esta es la mejor feria de España. Como esta no habrá otra", contaba orgulloso a este periódico.

Con más de 80 años, a Francisco Robles se le iluminan los ojos cuando recuerda momentos de su vida como aquel en el que llenaron Madrid de "carteles con el Indalo almeriense para promocionar una feria de alfarería" que realizaron en la plaza de la Ópera. "No la pudimos repetir al año siguiente , pero aquel año el Indalo estaba por todos lados", ha contado.

Sobre su trayectoria ha explicado que nadie le "ha dado nunca 'un duro'" y que cada logro lo ha "luchado antes, habiendo unos políticos u otros". "Si este reconocimiento es positivo es porque lo hacen en consenso. Sería curioso que algún político discrepara, para ver sus argumentos, porque ninguno puede decir nada malo de mí. Los conozco a todos y saben lo que me he esforzado", bromeaba.

Su hijo, Jerónimo Robles, no podía mostrarse más orgulloso de su padre y ha subrayado que el reconocimiento "es, después de toda una vida, más que merecido".

Robles padre lo tiene claro: "A mí de lado, no me va a dar nadie. Voy a estar relacionado con la alfarería hasta que me muera".

El viento traicionero
A mitad del tramo de la rambla donde se sitúa la feria, se encuentra el punto en el que se exponen las piezas de autor con las que cada alfarero concursa este año.

En torno a la una y media de la tarde, ante los ojos de la familia Robles, una ráfaga de viento ha roto tres de las obras expuestas: las que poseían las firmas de 'Navarrete' , 'Coimbra' y 'Hdez-Cespedosa Salamanca'.

Los alfareros están tranquilos respecto al concurso porque ya se tomaron fotos de cada obra para la competición, por lo que no tendrán que reponer otra pieza para su participación. También bromeaban con que "en compensación" las artesanías rotas "bien podrían recibir los tres puestos ganadores".

El primer premio de este año son 500 euros más la invitación a formar parte de la feria de 2019 de forma gratuita. El segundo puesto está dotado con 300 euros y el tercero con 100.