Que no se juegue con el agua de Almería

Por Ramón Fernández-Pacheco

Alcalde de Almería

Desde que tengo memoria, el tema del agua, es decir, de su falta y urgencia, es un asunto recurrente en el panorama de la actualidad almeriense. Los partidos, las empresas, los sindicatos y sobre todo los profesionales de la agricultura almeriense viven el problema del agua con preocupación y cierto nivel de alarma. 

Y por eso me gusta insistir, a la hora del hablar del agua, en un concepto sencillo que a mi juicio condensa y sitúa con precisión las claves del escenario hidrológico almeriense: en Almería, el agua, además de para beber, sirve también para dar de comer. Mal haríamos, por tanto, en centrar el problema del agua en las cuestiones físicas del regadío y los metros cúbicos por hora. Por ofrecer un dato, diré que sólo en el término municipal de Almería son alrededor de 20.000 las personas que trabajan directamente en la agricultura en su fase de producción en el invernadero, cantidad que se puede cuadruplicar si contamos las que viven de forma indirecta gracias a la industria auxiliar, empresas comercializadoras, de suministros agrícolas, de construcción de invernaderos, I+D+i, servicios financieros, etc…

Por tanto, es un sector lo suficientemente importante como para que merezca la máxima atención por parte de las administraciones. Y eso es lo que está haciendo el Ayuntamiento de Almería, que no puede permanecer de espaldas a la preocupación de los agricultores almerienses por la incertidumbre hídrica. De hecho, el Grupo Municipal Popular ha elevado a Pleno una moción dirigida a amparar, frente a Junta de Andalucía, a los agricultores que, propietarios de 300 hectáreas al este de la rambla del PITA, han quedado fuera de la Comunidad General de Usuarios de las Aguas Depuradas (CGUAD). Tras el cambio de concesión ratificado por la administración autonómica en agosto, más de setenta agricultores se ven obligados a pagar más por regar con agua de la Comunidad de Níjar. Hasta la fecha, habían regado con agua de Almería gracias a concesiones temporales de la administración autonómica. Y creo que la Junta, con decisiones como ésta, está poniendo límites al crecimiento agrícola de Almería y abriendo la puerta a empresarios y emprendedores para que opten a marcharse a otra parte.   

Queremos seguir al lado de uno de los sectores más importantes de la economía almeriense porque, no en vano, Almería es el tercer municipio de la provincia en superficie invernada, con más de 4.000 hectáreas, por delante de Roquetas de Mar, Vícar o La Mojonera. El Ayuntamiento no puede ser ajeno a los problemas de ese sector y no podemos desentendernos, tal como están haciendo otros. Dentro de nuestras posibilidades estamos y estaremos dispuestos a hacer el máximo esfuerzo por un sector que ha sido clave para la recuperación económica de Almería. 

Pero el futuro de nuestro principal sector productivo está en juego y con el agua de Almería no se juega. Desde el Ayuntamiento de Almería seguiremos reivindicando ante todas las administraciones competentes la garantía de un suministro adecuado a las necesidades productivas de una provincia que sostiene un sector clave en el desarrollo económico y progres