Cada seis minutos aproximadamente se produce un ictus en España. Esta enfermedad cerebrovascular es una de las tres primeras causas de muerte y la primera de invalidez en adultos dentro de los países occidentales, ya que la mayoría de pacientes sufren graves secuelas que, en el 40 por ciento de los casos, los acaban inhabilitando para realizar actividades tan cotidianas como comer.
Aunque esta patología afecta gravemente a la salud y se suele manifestar de forma repentina se puede tratar, prevenir e incluso recuperar.
Las principales secuelas de un ictus están relacionadas a los problemas de movilidad, como dejar de mover un brazo o una pierna, desviación en la comisura facial, alteraciones del habla y del lenguaje – no entender lo que se dice o no poder articular palabra- o inestabilidad. Ante este panorama surge una gran cuestión que ronda la mente de todos los pacientes, ¿es posible que una persona que ha sufrido un ictus pueda recuperarse? Afortunadamente la respuesta es afirmativa.
En los primeros seis meses que pasan después de producirse el ictus, el cerebro está primado para recuperarse. La estrategia de neurorrehabilitación que los especialistas lleven a cabo en ese periodo de tiempo será fundamental para garantizar la recuperación parcial o total de la persona.
Es muy importante que el usuario afectado vuelva a la normalidad cuanto antes tras sufrir un ictus. Se trata de un trastorno de la circulación cerebral que altera una parte del cerebro. Para evitar que la persona entre en un estado apático y caiga en depresión, es recomendable animarle a realizar las actividades que hacía antes del problema.
Es muy importante que la familia y el personal que atienda al paciente no lo trate jamás como un niño. Se recomienda hablarle de forma clara y sencilla, sin gritos y de frente. Más adelante la persona afectada podrá comunicarse a través de dibujos, o una pizarra y posteriormente un logopeda le ayudará a recuperar esa función.
En conveniente animarle en todos sus progresos, no interrumpirle cuando esté hablando y dejarle tiempo para que piense y exprese lo que quiere decir, procurando que tome decisiones por sí solo.
En fundamental fomentar las relaciones sociales. Escuchar la radio, oír música, leer el periódico, tenerle al corriente de los asuntos que atañen a la familia, la visita de amigos, etc. para que no se sienta excluido en ningún momento e intente fomentar el dialogo.
A partir de los nueve meses del daño cerebral, el grado de mejora posible disminuye. Es por eso que la atención temprana del paciente es clave para ayudarlo a recuperar las funciones neurológicas que ha perdido.
Es muy importante que el tratamiento sea intensivo, durante tres horas diarias mínimo. En ese tiempo se deben cubrir las necesidades del enfermo y tratar todos los aspectos que necesite: terapia ocupacional, logopedia, etc.
Consejos a seguir
Además de todo lo anteriormente mencionado es fundamental encontrar un buen profesional que tenga una amplia experiencia en neurorrehabilitación ya que será fundamental durante el proceso.
La paciencia es otro elemento que no puede faltar en los meses posteriores al ictus. Los tiempos no los marca el paciente sino su cerebro. Saber gestionar el tiempo es muy importante para una pronta recuperación.
Las repeticiones se convertirán en el mejor aliado. El cerebro fija las cosas gracias a la repetición, por lo que es muy importante ejecutar las acciones las veces que haga falta. Esas repeticiones llevan a que se fije mejor a nivel cerebral y puede llevar a un éxito mayor en la recuperación del enfermo.
Gracias a los avances tecnológicos que se están produciendo en los últimos años se está propiciando que los tratamientos se adapten cada vez más a la vida del enfermo y éste se implique más en su recuperación.
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