Un viaje por la Historia a través del cine

Las nociones que la mayoría de mortales poseen acerca del Imperio Romano, la Conquista de América, las Guerras Mundiales o el Holocausto están más dibujadas por el cine (sobre todo por el de Hollywood, capaz de llegar a grandes públicos) que por rigurosos ensayos. “Imágenes de la Historia para un presente conformado también por imágenes”, reflexiona José Francisco Montero (Almería, 1972), quien va a impartir en la Universidad de Almería (UAL) un curso sobre esta materia y cómo el gran invento del Siglo XX se ha apoyado en ella buscando la reflexión, la denuncia, el discurso o, simplemente, el entretenimiento.

El taller, de 25 horas, se impartirá a partir del 1 de marzo todos los viernes de 17.30 a 19.30 horas en la Sala de Grados del Edificio de Empresariales. Hay 30 plazas y el coste es de 10 euros para la comunidad universitaria y de 30 euros para el resto.

Distancia y perspectiva

Las clases, que se apoyarán en títulos como ‘En busca del fuego’, ‘Espartaco’, ‘El nombre de la rosa’, ‘El bueno, el feo y el malo’, ‘Lawrence de Arabia’, ‘El gran dictador’ o ‘El cazador’, por citar algunas, abordarán desde la prehistoria hasta la Guerra de Vietnam, casi un subgénero de muy distintas ramificaciones. “Respecto a cualquier período histórico hay muchas variables que nos condicionan en nuestra visión. Nuestra mirada sobre el pasado siempre está determinada por nuestro presente”, explica el escritor cinematográfico, que incide en que se abordarán, de forma más tangencial, hechos más recientes como la caída del Muro de Berlín o el 11S. “Se necesita cierta distancia a la hora de valorar momentos históricos. Pero simultáneamente creo que es trascendental analizar nuestro presente y las imágenes de nuestro presente. Mi intención es tratar también momentos históricos más contemporáneos considerando, eso sí, el factor de la falta de perspectiva”, adelanta.

Montero (que  seguirá la fórmula que utilizó el pasado trimestre, también en el Aula de Cine de la UAL, en un taller sobre la ciencia ficción) es consciente de que, en ocasiones, el cine ha distorsionado la imagen de algunos grandes acontecimientos. “Y en otros casos habrá contribuido a iluminar ciertos momentos históricos. Y estimulado a profundizar más en ellos, por otros medios además del cinematográfico”, apunta.

Y pone como ejemplo ‘Shoah’, de Claude Lanzmann, un “logro estético” y una “aportación a la reflexión sobre el Holocausto” que, en su opinión, posee “como mínimo” la envergadura de las obras de Primo Levi, de Elie Wiesel o de Jorge Semprún. “Lo mismo podríamos decir de ‘Le chagrín et le pitié’, respecto al Régimen de Vichy, o respecto a muchos otras películas. Lo que es indudable es que la imagen de casi todos los períodos históricos en la inmensa mayoría de la gente está determinada por el cine, más que por otras disciplinas”.

La mirada subjetiva

El curso, que lleva por nombre ‘Cine e Historia’, dejará espacio para el diálogo en torno a cómo cineastas de diferentes épocas y nacionalidades se han acercado, con distintas miradas y tonos, a los mismos hechos. “Es una ingenuidad creer en otra cosa que no sean miradas subjetivas de la Historia”, expone.

Un arte, el cine, que ha servido desde sus inicios tanto de herramienta política como de vehículo de transmisión de idearios e ideologías. Algo que no ha perdido aunque, quizás, haya mutado en nuestros tiempos. “Las cosas han cambiado: el cine ha perdido en parte su poder hegemónico, vive ahora subsumido en un magma de imágenes, el mundo mismo se ha convertido en buena medida en imagen del mundo”, detalla Montero.

De esta forma, las imágenes -“pero mucho más que las cinematográficas”, puntualiza- siguen siendo una poderosa herramienta. “El uso ideológico de las del cine (que sigue dándose, claro) convive con las de internet, los memes o las ‘fake pictures”, señala el autor de obras como ‘Paul Thomas Anderson’ (Akal, 2011) y ‘Jean-Pierre Melville. Crónicas de un samurái’ (Shangrila, 2014).