“Yo solo le veo ventajas a implantar en Almería el título de Medicina”

Entrevista con Carmelo Rodríguez Torreblanca, rector de la Universidad de Almería

El rector de la Universidad de Almería posa para Juan Sánchez en uno de los pasillos del Rectorado
El rector de la Universidad de Almería posa para Juan Sánchez en uno de los pasillos del Rectorado Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
07:00 • 13 oct. 2019

Acaba de estrenar nueva etapa al frente de la Universidad de Almería, la institución que más ha marcado la historia reciente de la provincia. Orgulloso de ella, este catedrático de Estadística, natural y sonriente, cuajado en la vida académica, recibe para la entrevista en el luminoso y espacioso despacho del Rector. El curso ya está lanzado, el segundo mandato, con la formación de nuevo equipo, también. Pero la carrera no se detiene. Carmelo Rodríguez Torreblanca cuenta cómo ve la UAL y hacia dónde la encamina. 






¿Hacia dónde se dirige la UAL?



 Cualquier universidad aspira al máximo reconocimiento, tanto en docencia como en linvestigación como en transferencia de conocimiento, y a pesar de que somos una universidad muy joven, relativamente pequeña,  no podemos renunciar a nada. Tenemos que intentar llegar a ser tan competitivos como la mejor universidad española o europea. 



 ¿Significa eso situarse mejor en los ranking? Cuando la universidad que uno dirige no está en las primeras posiciones ¿cómo se queda el cuerpo?



 Fastidia. Como especialista en análisis de datos, sé que los rankings no siempre reflejan la realidad. Pero es verdad que es una visualización del posicionamiento y aunque sólo sea por marketing, es conveniente estar bien situados, sobre todo en aquellos de prestigio nacional e internacional. 



 ¿Cuesta competir con universidades centenarias como la de Granada? 



 Bueno, ahí se da una ambigüedad. Es verdad que cuesta, porque la infraestructura de una universidad cinco veces centenaria como la de Granada, el número de grupos de investigación, le dan un músculo importante pero también es cierto que el sistema andaluz es muy solidario y la mayoría de los profesores que  estamos en la UAL procedemos de la Universidad de Granada, y hay lazos de colaboración que nos benefician.


 ¿Cómo tiene que actuar la Universidad en un mundo cambiante?

 Con un ritmo frenético. Como mencioné en mi discurso de apertura, la mayoría de los estudiantes que ingresan ahora probablemente acaben trabajando en empresas que aún no existen, utilizando tecnologías que no están inventadas. La universidad tiene que estar al día de esas tecnologías y de cualquier avance científico. Pero, además, tiene que lograr ser ágiles en adaptar esa oferta docente, y ahí no sólo depende de la Universidad. Ese es uno de los problemas, que los sistemas son tan rígidos que es muy lento. Ahora se tardan dos o tres años en implantar un nuevo título, eso en el mejor de los casos. 


 ¿Es porque la universidad tiene el marchamo de que las cosas son lentas porque se hacen con mucho rigor y planificación?

 Es cierto, planificar un plan de estudios ya de por sí es una tarea compleja. Estamos hablando de un año y después tiene que pasar unos trámites, autorizaciones del gobierno, un montón de comisiones que mínimo se lleva otro año. Es un poco un contrasentido porque por una parte se exige garantías de calidad, pero evaluar todo eso se lleva su tiempo. La fórmula es complicada. 


 ¿Qué nuevas titulaciones están en cartera? 

 Ha habido un cambio en el Gobierno de la comunidad autónoma andaluza y estamos en espera de ver qué política de títulos va a llevar y qué modelo de financiación van a tomar las universidades. Hasta que no se defina eso, la universidad no se puede avanzar. Nosotros paralelamente vamos a hacer un nuevo plan estratégico. Ahora mismo en cartera tenemos dos, a los que no renunciamos, que son Comunicación y Medicina pero no sabemos qué va a pasar con ellos, si finalmente se van a poder implantar porque va a depender de las directrices que nos marque el Gobierno andaluz. 


 La que más controversia genera es la Facultad de Medicina…

 … [Corrige]… La titulación de Medicina. Son dos cosas distintas. 


 Aquí no sería facultad, entonces. 

 Primero empezaría como un título dentro de una de nuestras facultades, la de Ciencias de la Salud, y cuando ese título ya llevara unos años abordaríamos la construcción de una Facultad de Medicina. 


 El trabajo previo estaba hecho. 

 Bueno, hay un plan que, como tiene sus años, tendríamos que adaptar. Tengo algunas personas encargadas de esa actualización pero necesitamos la autorización de la Junta de Andalucía.


 ¿A día de hoy la UAL estaría en condiciones de arrancar el proyecto?

 No, porque requiere de la incorporación de profesorado especialista que habría que recopilar de los docentes que hay en los hospitales, en particular en Torrecárdenas, y también de algunos especialistas de fuera y eso lleva su tiempo. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola, no podemos empezar esa captación de profesorado hasta que no tengamos la autorización. Lo que sí estamos es trabajando, teniendo contactos.




 ¿Cuál es la opinion del rector? ¿Almería necesita una titulación de Medicina?

 Estoy convencido de que sí. Yo al título de Medicina sólo le veo ventajas. Primero, es un título muy demandado por los estudiantes que acaban Secundaria. Nos permitiría también obtener recursos de investigación que redundarían en el beneficio de nuestros hospitales, más intercambio de profesionales, más relaciones internacionales. Hay una previsión de un gran número de médicos que se van a jubilar y la demanda va a estar ahí. Yo no le veo ningún inconveniente. Y, por supuesto, para la provincia sería positivo. 


 ¿Y a qué cree que obedece la oposición del Colegio de Médicos?

 Yo he hablado con el presidente del Colegio de Médicos. No es que se oponga a que haya una Facultad de Medicina, porque si no la pones en Almería, Jaén también la está solicitando, y muchas universidades privadas la están poniendo. El problema que me planteaba es que hay un tapón en el MIR y que debería desentaponarse eso primero. Pero son dos problemas distintos. Hay que solucionar eso pero no quiere decir que si Almería tiene la oportunidad de formar 60 extraordinarios médicos por año, ¿por qué no lo va a hacer y por qué sí lo va a hacer Burgos o cualquier universidad privada? 


 ¿Le gustaría ser el rector que inaugurara ese título?

 A mí me encantaría. De hecho cuando concurrí por primera vez a rector en 2006 iba en mi programa y la gente al principio lo veía como una locura. Después el título se aprobó. Me encantaría, pero más me encantaría que sea una realidad. Desde luego voy a trabajar para ello.


 ¿Las universidades deben especializarse o ser generalistas, con las titulaciones clásicas?

 Creo que debe darse un mix de ambas. La universidad debe tener titulaciones generalistas y después estar especializadas en materias que les den su especificidad. A nosotros nos ocurre eso. Tenemos Derecho, Matemáticas, Administración de Empresas, y algunas más específicas como ingenierías agrónomas, biotecnología, que nos dan nuestra idiosincracia.


 ¿El prestigio de la UAL está viniendo más por esa especialización?

 Yo creo que por todo. Para mi satisfacción, la titulación de Matemáticas fue la segunda mejor valorada a nivel nacional. Si se prestigian las titulaciones generalistas, se prestigia la Universidad. Si se prestigia la Universidad, se prestigia todo. Tenemos que cuidar la calidad en aquellas punta de lanza como el campo de la agroalimentación, pero, por supuesto, es igual de importante que titulaciones como Derecho o Matemáticas tengan un buen prestigio.


 ¿Cuánto ha incidido la UAL en el desarrollo socioeconómico de Almería?

 Para mí la creación de la Universidad de Almería es uno de los hitos más importantes que le ha podido pasar a la provincia, no solo por cubrir unas necesidades de formación que tenían los ciudadanos y que gracias a la universidad ya no se tienen que desplazar, sino también lo que eso significa de transferencia con los distintos sectores de nuestra economía. Y a nivel cultural es indudable. 


 ¿Y qué más puede aportar todavía?

 Nosotros tenemos que ser los laboratorios de investigación de nuestras empresas, tenemos que proporcionarles tecnología punta, innovación a nuestro sectores económicos y, por supuesto, tenemos que formar los profesionales que nos demanda la sociedad. 


 ¿Eso está ocurriendo ya o todavía queda?

 Está ocurriendo pero hay que seguir avanzando. No debemos ponernos límites. Y cuanto más nos impliquemos en el sector socioeconómico, más positivo será en el doble sentido, porque también la universidad se enriquece con eso. Para mí una línea fundamental, sobre todo en las titulaciones de Master, es la formación dual, la que mezcla lo académico con lo profesional. Y, por supuesto, la universidad no puede estar de espaldas a cuestiones como la atención a la diversidad functional o el impulso a la igualdad de género. 


 ¿Tiene datos de cuántos estudiantes de Almería ha retenido la UAL?

 Es muy difícil saber con precisión. Por ejemplo, si no hubiera títulos aquí, todos tendrían que irse, estaríamos hablando de 7.000 u 8.000 estudiantes que estarían ahora mismo fuera de su hogar.


 ¿Y la incidencia económica en el entorno?

 Se hizo un estudio en el año 2012 que ya  evaluaba en más de 680 millones de euros. 


 ¿Es lo que ha inyectado la UAL a la provincia?

 Sí, sí. El estudio general es que por cada euro que se invierte en Universidad, la sociedad recupera cinco. Cualquiera que tengamos un hijo estudiando fuera sabemos que el coste medio son diez mil euros por curso. Si están aquí, esos diez mil euros no saldrían. Y lo mismo digo de aquellos que vienen de fuera. En el caso de la Facultad de Medicina, podría costar en torno a 13 millones de euros, pero esos 360 estudiantes que tendría la UAL en Medicina, a razón de diez mil euros, estaríamos hablando de tres millones y medio. En cinco años estarían compensados ya los costes.


 Vamos, que sería incluso rentable.

 Por supuesto que sí. Aunque para mí es un factor a tener en cuenta, pero no fundamental. 




 ¿Cómo se tienen que financiar en el futuro las universidades públicas, de las transferencias o debe buscar sus propios ingresos?

 Las dos cosas. El presupuesto de la Universidad de Almería está en torno a los 100 millones, de los cuales el 70 viene por transferencia de la comunidad autónoma y otro 30 a través de proyectos, ingresos de matrículas etc. La universidad pública debe por todos los medios conseguir recursos propios pero también la comunidad autónoma tiene la responsabilidad de financiar bien la Universidad. Necesitamos más financiación y unos criterios plurianuales que nos den tranquilidad. Llevamos sin modelo prácticamente los cuatro años que yo llevo de rector y nos han prometido que próximamente nos van a presentar uno. 


 Ahora mismo el dinero ¿en base a qué criterio llega?

 Es una mezcla de las liquidaciones de los años anteriores, también en algún aspecto se atiende al número de alumnos. Cada año hay que negociarlo y se pierden muchas horas preocupados en eso. Los rectores queremos una tranquilidad en ese sentido para dedicarnos a otros aspectos más académicos.


 En esa búsqueda de recursos, ¿la universidad pública debe buscar un modelo similar al de la privada?

 ¿En qué sentido?


 Por ejemplo, vender investigación o patentes. 

 Eso ya se hace. Tenemos este año 85 contratos con empresas privadas. Ahí no hay que renunciar y cuanto más mejor y buscar recursos en las convocatorias competitivas nacionales y de Europa. Ahora, estar en manos de la empresa privada para poder hacer una investigación, eso no me gusta. Colaborar, sí. 


 ¿Sería mercantilismo?

 Claro. Yo creo que la manera de garantizar la autonomía de la universidad pública y la igualdad de oportunidades es no depender del capital privado.  


 La medida de la matrícula gratuita, ¿ha sido una buena medida o ha restado recursos a la Universidad?

 Obviamente las universidades recaudaban por ello una cantidad que han dejado de recaudar y el esfuerzo lo ha hecho el Gobierno andaluz pero, sobre todo, lo han hecho las universidades. 


 ¿La Junta no ha compensado eso?

 No exactamente. Nosotros queríamos una compensación extra pero al final siempre ha estado incluido en el reparto general. Y al fin y al cabo son recursos de menos. Pero, dicho eso, soy partidario de la gratuidad de la educación pública. 


 ¿Cuándo se va a solucionar el problema de movilidad en el campus? ¿No llegan demasiados coches?

 Claro que llegan demasiados, unos 2.500 al día. El servicio público de autobuses ha mejorado. Un transporte ferroviario sería quizá la solución definitiva. Pero estamos hablando de algo que sobrepasa las capacidades de los gestores de la Universidad. 


 ¿Qué se siente cuando uno se pone el birrete, la toga negra y se coge el bastón en representación de toda una Universidad?

 Un honor, pero también una responsabilidad altísima. La universidad es como una pequeña ciudad. Son 15.000 estudiantes que se están jugando sus futuros, 3.000 profesionales entre docentes, investigadores y personal de administración y servicios, que necesitan medios y recursos y tienes la responsabilidad de proporcionárselos. Y, aunque muchas funciones son colegiadas, la responsabilidad última recae en tus hombros. 


 ¿La liturgia de los actos académicos es conveniente mantenerla? 

 Está muy reducida ya a actos solemnes. Pero a mí me parece una tradición bonita. Sí soy partidario de mantenerla. Aunque no estaría mal que los trajes fueran más fresquitos, sobre todo el del Rector, que es de terciopelo (risas). 


 El día que deje de ser rector…

 … pues volveré como profesor e investigador.


 ¿Y cómo le gustaría dejar la Universidad?

 Una Universidad con el máximo reconocimiento nacional e internacional, donde nuestros trabajadores tengan las mejores condiciones y donde los estudiantes estén orgullosos de estudiar en ella. 



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