Una fiesta de origen pagano para todos
Cristianos practicantes, no practicantes, incluso ateos y agnósticos no pueden escapar de la Navidad. Todos terminan uniéndose en una misma celebración muy popular que lleva implícita la fiesta de convivencia social y familiar y cuyo origen se remonta a la época del Imperio Romano. Un claro paganismo se encuentra detrás de la tradición religiosa que acompaña a gran parte de Occidente desde hace siglos, ya que son las fiestas saturnales (en honor al dios Saturno de la agricultura) que los romanos celebraban durante una semana – y cuyo momento álgido era el día 25 de diciembre- las que inspiraron el surgimiento de lo que hoy se conoce como Navidad. Pero no es hasta el siglo XIX cuando empieza a afianzarse el carácter actual de la Navidad, cuando se populariza la costumbre del intercambio de regalos, se crea la figura de Santa Claus o Papa Noel y se regalan tarjetas de felicitación.
Días de símbolos, noches de paz
Alrededor de la fiesta de la Natividad existe una larga lista de elementos ligada estrechamente a la propia celebración navideña y que trasciende los señalados días 24, 25 y 31 de diciembre. Al margen del popular árbol de Navidad, uno de los símbolos más extendidos del mundo occidental, está la tradición más minoritaria del belén o nacimiento.
Aunque existen referencias más antiguas de los primeros belenes que se realizaron en el mundo, en España el Belén es introducido por la orden franciscana en el siglo XV y hasta dos siglos más tarde, gracias a diversos autores que contribuyeron con sus esculturas, no encuentra su verdadero auge. El símbolo no físico de la Navidad por excelencia son los villancicos y lo más curioso es conocer que su origen, en casi ninguna ocasión, tenían que ver con la Navidad. Se trataba de temas religiosos y profanos, aunque eran estos últimos los que predominaban.
La mesa como epicentro de la fiesta
La Nochebuena invita a la reunión familiar en torno a una mesa y a una cena especial. Parece que el ayuno durante la vigilia de Navidad permitía que los fieles tomasen una pequeña comida posterior a la Misa del Gallo, origen de la tradición de la cena de Nochebuena. Tras dicha cena especial en familia, la costumbre extendida en España para muchos católicos practicantes es acudir a la iglesia para la Misa del Gallo a las 12 de la noche. La simbología del gallo parece proceder de una antiquísima historia que dice que el primer ser vivo que presenció el nacimiento del Niño Jesús en la cueva de Belén y lo comunicó al mundo fue un ave. Aunque pueden ser muchas las especies, siempre se pensó que podría haber sido un gallo debido a su potente voz y a su función diaria como encargado de anunciar a los humanos el amanecer.
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