“Creo que todos los niños deberían hacer limpieza de juguetes antes de Reyes“

El próximo 6 de enero los Reyes Magos de Oriente llegarán a las casas de miles de niños almerienses.  ‘Sus Majestades’ tendrán mucho trabajo durante todo el período navideño para que ningún juguete de la carta de los pequeños se quede en el camino. Sin embargo, los niños siempre echarán algo en falta: el número de juguetes nunca es suficiente. ¿Cómo transmitir valores con las manos llenas de regalos? Verónica Díaz, madre, psicóloga y escritora, nos da unos consejos para tratar de buscar el equilibrio entre la crianza, el amor y el consumismo.

Verónica, ¿crees que la Navidad es sinónimo de exceso?

La Navidad, efectivamente, en muchos casos es sinónimo de exceso pero también va unida a  valores como la familia, la generosidad… Nosotros somos los dueños de a qué queremos asociar la Navidad. El problema viene cuando perdemos de vista los valores más esenciales.  

En ocasiones, los padres recurren  a la amenaza de no recibir regalos de Reyes Magos como recurso educativo. ¿Esto implica consecuencias en los niños?

Cualquier amenaza me parece una forma incorrecta y contraproducente de educar. Los niños que obedecen porque si no, no vienen los Reyes, obedecen por miedo, pero no aprenden valores. 

Hay cartas que son interminables. ¿Cómo podemos explicarles que no pueden tener todo lo que piden?   

Creo que todos los niños antes de Navidad deberían hacer una limpieza de juguetes que ya no utilizan y donarlos o regalarlos a otros niños que no tienen. Después, a-consejo que no haya más de un regalo por Rey Mago (es decir, tres) y un detalle por Papá Noel. Esto es complicado porque muchas veces reciben de  familiares y amigos. En ese caso, se pueden guardar e ir sacándolos poco a poco.

¿Por qué muchos no logran sentirse satisfechos a pesar de haber recibido todas sus peticiones? 

Creo que de alguna manera conseguimos que asocien más regalos con “soy más bueno, soy más merecedor, soy más amado”, y pocos regalos derivan en frustración. Es una cuestión de cambiar el foco de atención y crear más tradiciones familiares y menos materiales. 

¿Qué consejo das a todos los padres y madres que tratan de educar desde el apego y las emociones? 

Que escuchen a los hijos e hijas y no den por sentado lo que quieren o necesiten. Que los observen, validen lo que sienten, sostengan su espacio, acompañen sin invadirlos, ayuden a entender sus emociones y, sobre  todo, que trabajen en ellos mismos, porque ellos serán lo que vean en sus padres.