Agua y cambio climático: un nuevo escenario

La cuestión del agua es algo que preocupa y concierne a toda la población. Es sin duda el recurso que más condiciona nuestra forma de vida y sin el cual, todo lo demás pasa a ser secundario. Quizás es por ello que todos los partidos políticos nos ofrecen propuestas concretas en sus programas electorales, en la creencia profunda de que con su alternativa, el problema quedará resuelto. Sin embargo, en cuarenta años de democracia, el tema sigue encima de la mesa y sin resolverse a gusto de todos.

Nuestro país es tan caprichoso y envidioso como sus gentes, y al “exceso” de agua en algunos territorios se une el “déficit estructural” en otros. La ocurrencia de dramáticas sequías o desastrosas inundaciones, han servido siempre de pretexto para entonar el problema del agua como un problema territorial, como si el problema del agua también fuera un problema de banderas. Y es que, en España, nunca llueve a gusto de todos. 

Por si fuera poco, y tal como vaticinan los científicos, los fenómenos naturales consecuencia del cambio climático, serán cada vez más extremos, con más escasez de lluvia y precipitaciones cada más virulentas. Entramos en una época en la que en España “llueve peor que antes”. 

Sobre estos asuntos, y ya en precampaña, el pasado mes de febrero se celebró un encuentro en el que debatieron cara a cara representantes de los partidos en torno a las medidas necesarias para frenar el cambio climático en España.

Santiago Abascal, no dudó en plantear que el problema del agua se resuelve con la construcción de nuevos embalses, obviando las alertas sobre la escasez de lluvia, y convencido de que el cambio climático es una falacia. Con los embalses de Vox puede pasar como con los últimos aeropuertos construidos, unos sin aviones, y los otros sin agua. En el otro extremo, Pedro Arrojo, profesor y diputado por Podemos, argumentaba que, ante las evidencias de cambio climático, la política hidráulica llevada a cabo a lo largo del siglo pasado no será suficiente para asegurar el suministro de agua en el futuro.Y es que el cambio climático está aquí, y así lo creen los estudiantes, que hace pocos días convocaban una huelga para reclamar que los políticos actúen de una vez por todas para detener la destrucción del planeta, anunciando que no van de dejar a salir a la calle con esta reivindicación.

Ante el nuevo escenario climático se deberán adaptar las demandas de agua del futuro a las expectativas realistas de la disponibilidad del recurso. Solo si hay voluntad regeneradora de las condiciones naturales de nuestro territorio, se podrán amortiguar las sequías y reducir el daño de las inundaciones. Para ello, es necesario acometer una política territorial con perspectiva ecológica, cuidando los acuíferos, cuidando la vegetación arbórea, cuidando las riberas, en definitiva, cuidando el planeta, tal como nos reclaman nuestros jóvenes. No nos queda otra que aprender a convivir mejor y entre todos con el problema del agua.