Prendimiento, la Cofradía señera de la Semana Santa

A las seis y cuarto de la tarde del Miércoles Santo, el diputado mayor de gobierno de la Hermandad Sacramental del Prendimiento iniciaba la Estación de Penitencia de la Cofradía tras la venia que la hermana mayor, María del Mar Marín, el canónigo de la Catedral, Ramón Garrido e integrantes de la Junta de Gobierno solicitaban al obispo en el Palacio Episcopal, al ser la Catedral su sede apostólica. Mientras, el consiliario de la Hermandad dirigió las oraciones a los cofrades participantes en el cortejo procesional. 

El interior del templo catedralicio era un hervidero de cofrades ansiosos por iniciar la Estación de Penitencia. Previamente el presidente de la Diputación fue el encargado de realizar la primera levantá del paso de misterio de Jesús en su Prendimiento y el alcalde fue el encargado de efectuarla al Señor Cautivo de Medinaceli, en representación de la ciudad, por ser los almerienses madrina de la bendición de la bendita imagen del Señor de Almería. 

Entre los numerosos representantes institucionales destacó la presencia de la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, y el alcalde de Roquetas, Gabriel Amat.

Con una dificultosa salida, por las dimensiones del paso y con la marcha ‘Al que yo bese’, interpretada por la Agrupación Musical La Pasión, de Linares, inició su caminar por las calles de la ciudad el paso de misterio de Jesús en su Prendimiento, dirigido por sus capataces, David Marín y Carlos Galice.

La emoción se hizo patente entre la multitud que llenaba la Plaza de la Catedral cuando el Señor Cautivo de Medinaceli se hizo presente ante sus devotos. Lágrimas contenidas y vivas al Señor de Almería se entremezclaban con las ovaciones y la marcha ‘María Santísima del Rocío’ que interpretó la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Asunción. de Jódar. Destacar que ante el paso se situaron los hermanos de honor de la Hermandad, el Grupo de Artillería de Campaña II de La Legión Rey Alfonso XIII, con su Guion.

Cerraron el tramo del paso de Jesús de Medinaceli, nazarenos con cruces a cuestas. Un paso que dirigió su capataz, Francisco Romero.

Bella entre las bellas, Nuestra Señora de la Merced, sobre su paso de palio de plata y oro hizo vibrar a los devotos que se congregaron dentro y fuera del primer templo de la diócesis con la dificultosísima salida. “Sólo le cabe un centímetro”, gritaba su capataz, Luis Pardo González, a los costaleros del paso de palio a la salida. Una salida que de los 35 costaleros que calza el paso, sólo lo entran en su parihuela trece costaleros menos. Veintidós corazones que al son de la marcha ‘Paloma Mercedaria’, de Abel Moreno, que interpretó la Banda de Música Santa Cecilia, de Sorbas, soportaron los más de mil cien kilos que pesa este bellísimo paso de palio.