Hay menos motoristas de la Guardia Civil, al dar prioridad la DGT a los radares

El colectivo de la Guardia Civil de Tráfico esta molesta con la dirección general,  por  la alta siniestralidad y mortalidad de los agentes, es una de sus principales quejas, al dar prioridad a la instalación de radares y no cubrir la falta de material de seguridad necesaria para los agentes.

Actualmente se están quedando sin motoristas, ya que son pocos los que  que quieren  entrar en esta  la especialidad. 

Este mes ya son dos miembros de este cuerpo los fallecidos, uno de ellos con la duda de que si hubiera tenido un airbag, posiblemente se podría haber   salvdor su vida, tras padecer un brutal choque contra un turismo. Un airbag como el que utilizan los pilotos en el mundial de motociclismo, MotoGP. 

El otro fallecido fue el condecorado Dámaso Guillem, al interponerse ante un coche robado, para evitar el atropello de una competición ciclista de niños. Los últimos datos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, reflejaba los fallecidos en 340 agentes, más los dos de este mas, hacen 342, lo que convierte a trafico como la unidad de la Guardia Civil con mayor número de fallecidos en acto de servicio.

La AUGC reclaman vestir a sus agentes con chalecos airbag, una medida que ya está en proceso de conseguirse. Al haberse encargado cerca de 3.500 de estos chalecos con airbag que deberán contar con ciertas especificaciones para poder ser usados con comodidad por los agentes en servicio.

También hay que destacar que la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), señala que la DGT en su afán recaudatorio, dejan a un lado a sus miembros, argumentando que su trabajo no es solo sancionar, sino también salvar vidas, como ha hecho uno de los dos últimos fallecidos.

Los agentes del cuerpo ponen de manifiesto que esta pasada Semana Santa fallecieron 34 personas. "Una cifra que ya es suficientemente trágica porque supone un incremento del 25% con respecto al pasado año", reclaman.

Las distintas asociaciones manifiestan que hacen falta, según sus estimaciones, unas 1.500 vacantes por cubrir y cada día hay menos personas que quieran incorporarse a esta unidad.