Los ediles de Vox ‘competirán’ con C‘s para influir en el PP

En el Hotel Catedral, cuartel general de Vox durante la noche electoral, no se vivió  precisamente una fiesta, ni una celebración multitudinaria -en el momento de mayor ‘esplendor’ apenas se congregaron una veintena de personas-, pero los pocos dirigentes y militantes  que asistieron sí se mostraron muy satisfechos con los dos concejales obtenidos en la capital, y  con los resultados en otras localidades, especialmente El Ejido.

Fue, en todo caso, una más que particular y muy moderada, por no decir sosa, ‘celebración’, en la que incluso faltaron los habituales vivas a España de la formación de Santiago Abascal. Y eso que Vox no solo tendrá dos ediles, sino también  la posibilidad de convertirse en el principal factor de influencia del PP en el nuevo gobierno, y relegar así a C’s de este papel.

El candidato a la alcaldía y ya concejal electo, el joven abogado Joaquín Pérez de la Blanca, era el primero de los dirigentes del partido en presentarse en el lugar de ‘celebración’, aunque lo hacía pocos minutos antes de las nueve de la noche, a pesar de que la ‘convocatoria’ oficial era a las ocho. Pérez llegaba visiblemente nervioso y, prudente,  se resistía a hacer declaración alguna hasta conocer los resultados. Y es que todavía pesaba el recuerdo del resultado de las pasadas generales, cuando las expectativas creadas desde la propia formación no se confirmaron. “Lo cierto es que partimos de cero y estaremos satisfechos con todo lo que nos den los almerienses”, decía el candidato antes de conocer el escrutinio.

Pérez de la Blanca también se reconocía cansado, después de pasar toda la jornada de colegio en colegio, como apoderado del partido. Él fue el único candidato a la alcaldía de Almería que no votó ayer en las urnas, pues decidió hacerlo días atrás por correo, debido al “avanzado estado de gestación”, de ocho meses,  en que se encuentra su mujer, y en previsión de cualquier contratiempo.

Curiosamente, tampoco pudo votarse a sí mismo Juan Francisco Rojas, presidente provincial y número dos de la lista en la capital, puesto que, aunque ya empadronado en Almería, aún seguía inscrito a efectos del ejercicio del derecho al voto en Cuevas del Almanzora, como explicaba a este diario por la mañana en la Escuela de Música, donde ejercía como apoderado junto a su número uno.

 Rojas se presentaba en el hotel pasadas las 21,30 horas junto al parlamentario andaluz Rodrigo Alonso y la diputada en el Congreso Rocío de Meer, que ya entonces  empezaban a reunir los primeros resultados de las elecciones europeas, que les iban llegando. Tras conocer los primeros resultados, que ya le situaban como concejal, el número 2 de la lista se mostraba también contento. “Pero no por mí, sino porque Vox pueda tener otra voz en el Ayuntamiento. El presidente provincial daba aún más valor a los resultados si se convertía en la tercera fuerza local, tras PP y PSOE. Y también por “el contexto de miedo creado por los grandes partidos” que ha condicionado mucho el voto”, a su entender.

Por su parte, Rodrigo Alonso reconocía que dos concejales “es un excelente resultado para Vox, puesto que no es que partimos de cero -como decía el candidato-, sino de menos cuatro, y además con pocos medios y con todo el mundo en contra”.

Cambio sí, pacto para seguir igual, no Los dirigentes de Vox se mostraban ayer cautos a la hora de  referirse a un posible pacto con el PP que les daría mayoría absoluta, aunque los populares tienen también la posibilidad de optar por el apoyo de Ciudadanos.  “Nosotros estamos por cambio. Cambio sí, pero pacto para seguir igual que hasta ahora, no”, repetían. Joaquín Pérez de la Blanca, candidato a la alcaldía, se resistía frontalmente a aludir a cualquier posibilidad de pactar con el PP. “A partir de mañana veremos”, decía.

Sin embargo, otras fuentes del partido reconocían que en conversaciones privadas con miembros del PP almeriense, éstos les habían expresado sus preferencias por llegar a un acuerdo con ellos, en perjuicio de Ciudadanos. Sin embargo, también se tenía en cuenta la posibilidad de que los populares opten por la formación naranja, en consecuencia con el pacto alcanzado en Andalucía, o bien por mantenerse gobernando en minoría, como ha ocurrido en el último mandato.