Análisis de una Feria tan joven como arriesgada

El grueso del abono se basa en la juventud, por lo que algunos diestros son más desconocidos

A esta feria hay que añadir un cartel de rejones que se repite del año pasado
A esta feria hay que añadir un cartel de rejones que se repite del año pasado La Voz
Jorge Ponce
17:28 • 16 ago. 2019 / actualizado a las 17:48 • 16 ago. 2019

La plaza torero Julio Robles cobra vida. Las personas que hacen cola junto a una taquilla, o los camiones que aparecen con caballos y toros bravos ponen en evidencia la proximidad de una feria que hace semanas que se espera. Si con una palabra hubiera que describir esta feria sería juventud... y riesgo. Cambia la tónica habitual, el patrón de la feria de Almería, basado desde hace décadas en un desfile de figuras del toreo que se veía las caras con distintas ganaderías de varios encastes -hasta los años 2000- o la misma ganadería con varios hierros y un monoencaste -desde los años 2000- ahora se ha transformado en un abono casi desierto de figuras para apostar por diestros que, si bien atesoran en su mayoría méritos para estar en Almería, distan mucho de la categoría de figura e incluso del conocimiento general del público. Esta apuesta supone asumir un alto riesgo por parte de la empresa que rige los designios del coso desde hace más de seis décadas, más aún en el caso de los toreros cuyos méritos están más discutidos.



 Si hablamos de figuras, consagradas y reconocidas, Enrique Ponce cargará sobre sus hombros con toda la responsabilidad del abono, más aún con la caída de Andrés Roca Rey, lesionado en un hombro por, dice la versión oficial, una voltereta en Madrid resentida en Pamplona, aunque los mentideros hablan de otras causas, lo cierto es que la lesión le ha costado todos los compromisos del mes de agosto. Lo contrario le ha pasado a Ponce, que lesionado en Valencia con una cornada que además le destrozó la rodilla, ha reaparecido precisamente este mes de agosto, en la plaza del Puerto de Santa María, y lo ha hecho como se fue, indultando un toro de Juan Pedro Domecq. 



 El grueso del abono se basa en la juventud, aunque esto provoque que parte del público menos aficionado haya nombres que no les suenen. No por ello disminuye la emoción ni el espectáculo. Diestros como Ginés Marín, Román o Pablo Aguado son ya presente del toreo y forman parte del abono por méritos propios. No en vano, Marín viene a Almería a recoger el capote de paseo como vigente triunfador de la pasada edición. Ya el año pasado dejó una actuación cargada de madurez y torería, y su nombre debe marcarse en rojo dentro del abono. Algo similar ocurre con Román, que cuando ha lidiado en Almería ha dejado una gran imagen con una exigente y encastada corrida de Victorino Martín. En la actualidad Román está firmando la temporada más importante de su vida, con triunfos tan rotundos como grave fue el percance sufrido en Las Ventas con un toro de Baltasar Iban que regó con su sangre el albero de la capital. 



 La situación de Pablo Aguado es de esas que solo se dan en el toreo. Comenzó la temporada en el ostracismo, sin que las empresas ni los aficionados se acordaran de su nombre. En su Sevilla tuvo una oportunidad en una feria larga como la de abril. Acartelado con Morante y Roca Rey todos veían una oportunidad envenenada que se vería eclipsada por los dos astros que le precedían. Todo cambió cuando abrió su capote para decir poesía con las muñecas, en una sinfonía de toreo tal que la giralda se volvió para verlo torear. Son tres jóvenes que debían estar en nuestra plaza, y que los aficionados por seguro disfrutarán en los próximos días. 



David de Miranda, sin alcanzar la rotundidad de los anteriores es uno de los triunfadores de la temporada tras las dos orejas que cortó en San Isidro, lo que de por sí ya ha justificado siempre que un torero le de una vuelta a España parando en todas sus plazas. Si esa es la juventud, el riesgo viene con Luis David y Toñete. El mexicano cuenta con una importante proyección, pero es lo cierto que no cuenta con un triunfo de peso que respalde su inclusión en una feria corta como es la de Almería. Ha pasado por Sevilla y Madrid entre otras plazas de renombre sin que su nombre se haya escuchado al acabar el festejo y es una apuesta de la empresa gestora. Muy similar es la situación de Toñete, aunque con matices, puesto que ha triunfado en Almería como novillero con picadores y como becerrista y atesora un torero con gusto y sensibilidad. El diestro madrileño no se ha visto tampoco incluido en las principales ferias de lo que va de temporada, y nuevamente nos vemos sin razones que justifiquen su inclusión, siendo una apuesta del empresariado. El tiempo da y quita razones pero parece prematura la inclusión de ambos espadas en la feria de Almería.



 En un limbo intermedio entre las figuras y los jóvenes se encuentran los artistas. Rematan la feria y le dan categoría y calidad. Diego Urdiales es un viejo reclamo de los aficionados más puristas que por fin se ve cumplido. Urdiales torea como los ángeles, tiene el empaque y la torería de los elegidos y enamora con su expresión. Es una suerte tener a un torero como el riojano en el abono. Lo mismo ocurre con Ferrera, que aunque atraviesa un momento personal complejo ha logrado una regularidad en lo profesional sorprendente para un torero de corte artística.



A esta feria, basada en la juventud, hay que añadir un cartel de rejones que se repite del abono del pasado año, en el que hace el paseíllo el archirrepetido Pablo Hermoso de Mendoza, acompañado de su hijo y Lea Vicens, con toros del Capea, que son el gran reclamo del cartel.



 En el aspecto ganadero predomina el encaste Domecq -salvo los murube-urquijo de San Pelayo- en varias modalidades. Si bien se trata de tres ganaderías de las que llaman 'de garantías' mantienen grandes diferencias entre ellas. Torrestrella se encuentra en un momento muy interesante para la afición, embarcando toros encastados y con movilidad. No todos los toreros son capaces de rayar a buen nivel ante la casta de los discípulos de Álvaro Domecq. Encastados, pero también con clase son los toros de Cuvillo que pastan en El Grullo, mientras que los de Zalduendo se seleccionan en busca de la clase como objetivo principal, dejando la casta como elemento secundario.


Por poner un pero a la feria, ese pero es la ausencia de nombres almerienses. Actualmente Almería cuenta con dos matadores de toros en activo, Jesús Almería y Torres Jerez, además de un novillero con picadores que se está fajando con las camadas más duras del campo bravo, José Cabrera.



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