El Obispado de Almería, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Episcopal Española -que, a su vez, se hace eco de las orientaciones dadas por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social-, ha decidido finalmente proponer una serie de medidas en actos religiosos que contribuyan a evitar la expansión de la epidemia del coronavirus.
En un comunicado de prensa, remitido este viernes al filo de las 21 horas, el Obispado expone que "conviene" retirar el agua bendita de las pilas de entrada en las iglesias y lugares de devoción.
También señala que "se suprime" el gesto de la paz en la celebración de la misa y manifiesta que "tanto el sacerdote como los ministros (...) se lavarán las manos ante y después de distribuir la sagrada comunión".
El texto confirma asimismo que "se suprimen el besamanos y besapié de las sagradas imágenes y las sagradas reliquias de los mártires y de los santos", un gesto que se sustituirá "temporalmente" por una inclinación de cabeza y la señal de la cruz.
El Obispado adelanta además que el Viernes Santo se sustituirá el beso de la cruz que se presenta a la adoración de los fieles "por la genuflexión o la inclinación de cabeza".
Advierte por último a las Hermandades y Cofradías que se lleven a la práctica estas indicaciones "como medidas de precaución para frenar la expansión de la infección".
El comunicado del Obispado llega después de que miles de almerienses hayan pasado este primer viernes de marzo, como es tradición, por la Catedral para el tradicional besapiés a Jesús Cautivo de Medinaceli, acto que ha transcurrido con normalidad.
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