Junto a un grupo reducido de hermanos, Benjamín González fue fundador de la Hermandad de la Santa Cena y el primer capataz que tuvo la Virgen de Fe y Caridad desde su primera salida, en 1990, hasta 2016.
¿Benjamín González, miembro histórico de las cofradías almerienses, capataz, costalero y fundador de la Hermandad de la Santa Cena?
Tengo el honor de haber estado en el inicio de la Hermandad de la Santa Cena junto con mis hermanos y otros grandes cofrades y haber hecho que naciera esta hermandad. Hoy por hoy es una de las punteras de Almería.
¿Supongo que le debe llenar de satisfacción ver hasta dónde ha llegado?
Sí, claro. Es un orgullo. Verla nacer desde cero con las dificultades que había en los años ochenta y llegar hasta ahora, como ha llegado la Hermandad con los dos grandes pasos que tiene, la imaginería o la casa-hermandad. Es motivo de satisfacción y orgullo.
¿Ser fundador de una hermandad hace que la sienta de modo especial?
La Hermandad es parte de mi vida. Es una cosa que mucha gente que llega después o que son nuevos, no entienden. Incluso te llegan a acusar de creerte que es tuya. No entienden que hay una relación, un vínculo distinto.
¿En su vida cofrade destaca el mundo del costal?
Empecé a relacionarme con el mundo del costal con catorce años. Me inicié con Luis Parto y con el paso del Medinaceli durante dos años. He estado también en el Camino y el Consuelo, con Manuel Vicente Rodríguez. El primer año que salió el anterior misterio de la Santa Cena, con mi hermano Juan que era el capataz, formamos la cuadrilla de costaleros de la que yo fui costalero. Al año siguiente me hago cargo del paso y en el año 1990 organicé la cuadrilla de costaleros del paso de palio de la Virgen de Fe y Caridad. Siendo su capataz hasta el año 2016.
¿El mundo del costal ha ido evolucionando a lo largo de estos años hasta ser considerado parte importante en la Hermandad?
Se ha transformado bastante. Los inicios fueron muy difíciles. Ahora en Almería todo el mundo sabe lo que es un costalero porque lo han visto o lo han vivido, además de que desde el ordenador se encuentra tutoriales de cómo hacer un costal, ves ensayos de cualquier paso. En aquellos años, en Almería no había ningún precedente. Formar cuadrillas de costaleros de la nada fue muy complicado. Lo conseguimos poniendo mucho cada uno de su parte, Gracias a ese tesón, que nos ha costado mucho a lo largo de estos años, hemos llegado a que hoy por hoy existan los cuadrillas que hay así como el número de costaleros.
¿Capataz de paso de palio o de misterio?
Soy capataz de costaleros y por lo tanto estoy cualificado para sacar un paso de misterio, de Cristo o palio.
Las especialidades vienen después, por las circunstancias. Pero yo me considero capataz de costaleros.
¿Cuántos pasos ha dirigido como capataz?
En el año 1988 saco la Santa Cena, después el palio de Fe y Caridad, el paso de palio de la Virgen del Amor y la Esperanza, en dos ocasiones, el último en el año 2019; o el paso del Cristo de la Buena Muerte, de la Hermandad de Angustias.
¿Cómo es la vida en una cuadrilla de costaleros?
Es una gran familia. Hay un gran vínculo entre los costaleros. Hay costaleros con los que no te has visto prácticamente durante un año y cuando te vuelves a ver en una igualá, reunión o el primer ensayo es como si no hubieras dejado de verlo. Las cuadrillas son muy corporativistas. Esa relación hace que sea un colectivo de defensa, pero mal llevado o que los capataces no estén integrados en la hermandad y no tienen las cosas claras puede llegar a que se creen grupos de poder. Los hermanos en general son los que tienen que decidir por donde debe ir la hermandad. Es muy difícil que un grupo de nazarenos se pongan de acuerdo pero los costaleros es un grupo organizado, que se relaciona durante todo el año. Con esto quiero decir que si se lleva de mala manera pueden presionar mucho a la Junta de Gobierno. Esto ha pasado en toda Andalucía, incluso en Sevilla, donde las cuadrillas de costaleros ponían o quitaban Juntas por el interés de mantener a su capataz, entre otros. Yo no lo he hecho nunca pero algunos capataces si lo han hecho y eso perjudica con el tiempo a la Hermandad.
¿Es difícil crear una cuadrilla de costaleros?
Es muy complicado. Sobre todo con una cuadrilla que quieras hacer desde cero. Tienes que tener un proyecto muy claro pero es difícil porque cada vez hay más pasos, más necesidades de cuadrillas y aunque parezca que sí hay suficientes costaleros hay algunas que están muy bien pero otras lo están pasando mal.
¿Hay desequilibrio en las cuadrillas almerienses?
Si, bastante. Son distintos motivos por el día de salida o de la propia hermandad por lo que no cuaja la cuadrilla. Entre unas cuadrillas y otras hay diferencias.
¿Recuerda algún momento especial?
Han sido muchos. Decirte uno es muy difícil. Te puede decir uno, la salida por primera vez del palio de Fe y Caridad. Ese primer año, 1990, sacar a la Virgen a la calle es algo que llevaré en el corazón siempre. Las visitas a los conventos de clausura son mágicos. El gran público no lo ve, sólo entran cuatro o cinco personas que son los que viven ese momento. Otro momento especial que recuerdo fue la visita a la Patrona. Encaramos el paso, pegado el paso al dintel de la puerta del Santuario y el hermano mayor de la Virgen del Mar nos invitó a que la cuadrilla saliera del paso para ver a la Virgen del Mar.
¿Cuántos ensayos?
Debe tener mucha preparación, un trabajo serio. Yo soy de ensayar. Quiero que la cuadrilla llegue en el mejor estado posible. Por eso digo que tienen que ir muy bien preparados, por ellos, por sus familias, por la hermandad y por Almería.
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