En el último día del triduo en honor a María Santísima de los Ángeles, la hermandad del barrio homónimo presentó y bendijo nuevas piezas del ajuar de su titular mariana: una diadema, un puñal, una cruz pectoral y un conjunto de puños de encaje antiguo de aplicación de Bruselas del siglo XIX. Más allá de los estrenos en sí, lo reseñable es que tras ellos hay un numeroso grupo de personas que han querido hacer un simbólico regalo a María Santísima de los Ángeles.
En concreto, más de cien personas han hecho posible esta 'diadema de los devotos', una obra diseñada y realizada por el orfebre Antonio Medina Vallecillo que cuenta con un sinfín de detalles y simbolismos.
Además, se ha donado un puñal a juego y una cruz pectoral también a juego donada por un hermano en particular. También se han donado los puños de encaje antiguo de aplicación de Bruselas del siglo XIX.
La simbología
"En la parte exterior del centro de la diadema, como elemento principal, se sitúa una cruz arbórea que en su centro lleva una corona de espinas enlazada a ambos travesaños de la misma, siendo esta la cruz que forma el escudo de nuestra hermandad. La cruz está custodiada por dos arcángeles que llevan cada uno de ellos atributos de la Pasión: uno porta los clavos y el otro el sudario de Cristo. Además, ambos sujetan los extremos de una soga que está enlazada a la cruz, haciendo alusión a la soga que ataba las vestimentas de nuestro redentor".
De esta forma explican, desde la hermandad, parte del diseño realizado por Medina Vallecillo para una diadema cargada de simbología. Sin ir más lejos, a los pies de este conjunto de la cruz y los ángeles "se encuentra el anagrama del Ave María sobre palmas, símbolo de la victoria a través del sacrificio, las cuales también culminan en el escudo de nuestra corporación. En el centro del anagrama se enmarca una piedra turquesa cuadrada, haciendo alusión al cielo, como Reina de los cielos y los Ángeles. Los rayos que se distribuyen simétricamente por toda la diadema contienen cada uno de ellos en su arranque una decoración barroca donde se aloja también una turquesa".
"Los entrerrayos están formados por elementos de la corona de espinas de las que brotan azucenas, símbolo de pureza de María, siempre Virgen", continúan desde la hermandad. "La terminación de estos entrerrayos lo conforma una estrella de doce puntas con una turquesa en su centro que intensifica la luz que emana de la Santísima Virgen. En la parte central destacan tres cartelas con relieves. En la principal se representa una alondra con sus crías, como símbolo de la alegría de la vida de todo cristiano que confía en Jesús y su Bendita Madre, pues como dice la letra de nuestro himno "yo soy una alondra que ha puesto en ti su nido". En las otras cartelas aparecen cabezas de ángeles que recuerdan el título de la Santísima Virgen. En la parte inferior de la diadema que reposa sobre la cabeza de Nuestra Señora figura una letanía, de la Reina de los Ángeles en latín, cuyas letras están construidas con esmaltes. En el centro de la misma destaca una cartela donde se aloja un rubí rojo, simbolizando la Sangre de Cristo en su pasión", explican.
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