Hace poco menos de un año, el arte de Fernando Vaquero se hacía obra con una 'Última Cena' inspirada en Da Vinci y con sabor almeriense para anunciar el 75 aniversario fundacional de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Cuando dicho aniversario está llegando a su fin, los pinceles de Jesús Zurita han servido para crear el cartel anunciador de la procesión magna del próximo 29 de octubre.
El cartel, que ha sido presentado en la tarde de este viernes 16 de septiembre, está compuesto por todo un abanico de símbolos referentes a las hermandades participantes en la procesión magna y en él solo aparece una imagen sacra (y a modo de detalle): el Resucitado de Federico Coullaut-Valera, titular de la Agrupación.
No obstante, los grandes protagonistas del cartel son un sol que, en el centro del cartel, representa el famoso Sol de Villalán (mal llamado de Portocarrero); y una alegoría de la Caridad cristiana, representada como una mujer que le da el pecho a su hijo.
Y alrededor de esa parte central del cartel, un todo compuesto de mil detalles: la diadema de la Soledad, el dibujo de las bambalinas del palio de la Merced, la cruz que porta el Señor de la Vida, las espigas que recuerdan el momento eucarístico representado en la Santa Cena, una de las potencias del Señor de la Oración en el Huerto, una pasionaria (esa flor que simboliza la Pasión de Cristo y que, por su color, también recuerda a la Hermandad de Pasión)...
En palabras del propio autor, "la creación de un cartel para la procesión magna 'Lumen Dei in aeternum' es un asunto complejo, pues se debe cumplir con la tarea de sintetizar en una sola imagen el amplio, y a la par difuso, concepto simbólico cristiano de la luz que articula esta propuesta cofrade almeriense".
En su explicación de la obra, Zurita habla de un cartel "que, por representar conceptos complejos, inevitablemente se ha tenido que servir del símbolo, que es la herramienta que tienen las artes plásticas para referirse a las cosas grandes y profundas".
Así desmenuza el propio Zurita la obra:
"El cartel se compone como un rompimiento de gloria circular que abren las bambalinas de la Merced, dibujado a través del mal llamado sol de Portocarrero, -al relieve catedralicio del Sol de Villalán me refiero-, que está rodeado por la diadema de la Soledad; esta presea aporta la dimensión de eternidad al conjunto, pues brillan en un mismo fondo azul intenso que remite a la bóveda celeste, el sol y las estrellas, como queriendo representar el espacio extraído del tiempo de la vida eterna que propicia el sacrificio de Cristo en la Cruz y su Resurección, por ello se coloca dentro de la diadema a la imagen del Resucitado de Federico Coullaut-Valera, titular de la Agrupación.
Para redundar en el sentido caritativo de las Hermandades, apoyada en el círculo de la guirnalda de flores y frutos del sol de Villalán, se emplaza la alegoría de la caridad cristiana, representada como una mujer que amamanta a sus hijos. Apuntando hacia abajo, como queriendo evocar los dones divinos recibidos, se coloca una potencia perteneciente a la Hermandad del Huerto; la conjugación de este elemento junto con los otros que pertenecen a las Hermandades participantes en la magna, pretende integrar estos elementos, para terminar por unificarlos en un solo discurso plástico que exprese la idea que sirve para conmemorar este aniversario de la agrupación: que las Hermandades son en nuestra sociedad focos de luz que muestran, con sus manifestaciones de fe, el camino que a Dios conduce y lo hacen a partir de la materialización del amor, que es la caridad".
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